Es difícil poder contar de que va el film, sobre todo en un plano de que Anderson cuenta la historia desde una Europa encerrada en las consecuencias de las guerras mundiales, la historia va de un hotel maravilloso en donde uno posiblemente quisiera pasarse las vacaciones del año, no sólo por el lugar si no por la gente que se regodea ahí, el administrador Gustave (un gran Fíennes) hace de nuestra estadía un recuerdo completamente adorable, y la verdad es que es este personaje el principal del filme y no el hotel por que nos interesa después ese extraño hábito de nuestro personaje en su vida amorosa. El filme está relatado con facilidad, acompañado de un montaje exacto, un trabajo de arte que se coloca entre lo mejor del año y personajes bastante interesantes y exagerados, hay un aire teatral en la propuesta que le da más riqueza, y un humor algo extraño y cínico así como debe ser el de su director. Anderson nos da una aventura bella, llena de coloridos set, y momentos bellos, es cierto que hay algunos excesos pero nada que manche más de lo común una película que es como un cuento de imágenes.