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Fantástico. Infantil. Aventuras
Escondido en el desván de su colegio, Bastian devora durante las horas de clase un libro enigmático, ”La historia interminable”, que relata la paulatina destrucción del Reino de Fantasía. Una especie de ”Nada” misteriosa destruye el país y a las criaturas que lo habitan. A medida que avanza en la lectura, Bastian se da cuenta de que la salvación de Fantasía depende de él; de que consiga entrar dentro del libro... (FILMAFFINITY)
11 de junio de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
[...] “La historia interminable”, como libro, se internaba, con filosofía y un análisis profundo de la psique humana, en ese concepto de que la realidad era una especie de resultado del viaje a través de la fantasía pura y dura. [...] Lógicamente la obra original era imposible de condensar en una sola película pero hablamos de unos tiempos donde la idea de hacer secuelas y trilogías era sólo era posible si las películas tenían éxito así que se decidió centrar el objetivo en la primera parte del libro, la que representa la destrucción paulatina de Fantasía y la necesidad de un héroe como Atreyu para salvarla mientras al otro lado, en el mundo real, Bastian, es un espectador pasivo (y activo a medida que avanza el metraje) y que a su vez se convierte en el narrador de la propia película. Lógicamente la obra original sufrió varios cambios importantes tanto en personajes, omisión de otros tantos, variaciones en ciertas resolutivas argumentales provocando que Michael Ende acabase despotricando de lo que habían hecho con su criatura. [...]
La película comienza como un pequeño drama. En apenas unos minutos nos damos cuenta que Bastian, el protagonista humano del filme, es un niño huérfano de madre a quien encuentra a faltar mientras su padre es un hombre absorto en su trabajo y que apenas dedica tiempo a su hijo. Más tarde descubrimos que es víctima de un incesante caso de bulling. Esa carencia afectiva en el hogar y esa situación de sufrimiento en la escuela hacen que los mundos fantásticos que se inventa sean su vía de escape y su pequeño remanso de paz [...] Es en el momento donde Bastian entra en la librería del señor Coreander y entabla contacto con el libro “La historia interminable” cuando automáticamente la imaginación va floreciendo, germinando hacia un auténtico rito de iniciación para que los dos mundos, el real y el imaginario, se conozcan y acaben fusionándose. Pero para llegar al resultado final hay que pasar por un viaje, una travesía donde el héroe simbólico de la función, Atreyu, debe encontrar la cura a la destrucción que aflige a Fantasía. La escena de la librería podría decirse que es el punto de inflexión donde Bastian, el humano, a través del Sr. Coreander, el dueño de la tienda, entra en contacto con Atreyu, la fantasía en su máximo esplendor [...]
Lógicamente 32 años desde 1984 son muchos, demasiados en según qué aspectos y apartados. En su momento estábamos ante una de las mayores superproducciones a las que se enfrentaba el mundo del cine pero lo que no se puede conseguir es que todo siga igual y lo que más se resiente en una película es el apartado visual. De ahí se desprende que no todas las animatrónicas empleadas han logrado superar el paso del tiempo al igual que ciertos cromas son inevitablemente cantosos en más de una ocasión. [...] Seres que acaban por convertirse en personajes imprescindibles dentro de la narrativa. Mientras unos son meros secundarios como el caracol de carreras o el murciélago, donde se demuestra un logro absoluto y que no resultan chirriantes (sino acertados) otros acaban formando parte no sólo de la cultura cinematográfica propiamente dicha como es el caso de Fujur (Falcor en el libro) cuyo diseño, que siempre recordó a un perro con escamas, no empaña en absoluto la sensación de estar contemplando un personaje fiel a la esencia de su propia idiosincrasia. Su presentación, su interacción, su razón de ser y su autonomía le confieren el carácter necesario para ser un auténtico dragón de la suerte donde cualquiera que cabalgue a lomos de él sabrá comprender la razón de lo que significa la palabra fantasía e imaginación. Lo mismo sucede con Gmork, el servidor de la Nada, auténtico secuaz del mal y cuya presencia, fisonomía y actuación es un auténtico lujo tanto para la película como para la historia.
Como ya sucediera con otros productos similares, los protagonistas de la película son los niños. Todo está expuesto a través de la mirada de ellos. Y no es para menos. La supervivencia de la propia Fantasía, como forma y fondo, como lugar y como razón de ser, se encuentra en la propia esencia de la infancia. De ahí que Bastian sea el narrador y observador, de ahí que la Emperatriz Infantil necesite la ayuda de un niño, el único que puede salvarla tanto a ella como al propio universo del cual ella es ama y señora. Al igual que Atreyu sea un guerrero pero un niño a fin de cuentas, alguien que tiene el ímpetu que la inocencia de los infantes otorga y no le cueste aceptar el reto de alcanzar las fronteras de lo imposible. Porque los adultos lo pensamos, lo meditamos y lo razonamos todo sin dejar entrar en la ecuación nada más. Esta es una de las razones por las cuales “La historia interminable” es un toque de atención a los mayores pero a su vez un canto de esperanza para los mismos. La obra literaria abarcaba muchos temas a tratar pero al concretar toda la historia en la primera mitad del libro la película se centró única y exclusivamente en dos aspectos: la pérdida de imaginación por parte de los adultos y el viaje a la aventura de los personajes para acabar fusionando ambas propuestas en una sola. En sí mismo todo versa sobre lo mismo: viajar es imaginar e imaginar es crear. Todo en uno. Lógicamente, concentrar un material tan profundo, maduro y largo en apenas hora y media de duración es un trabajo arduo. De ahí se desprende que todo lo superfluo, lo que está al servicio de la meditación, es dejado de lado para centrar la cámara en la aventura pura y dura. [...] De ahí que momentos como el del pantano de la tristeza donde el caballo Artax va hundiéndose poco a poco ante la sensación de profunda desolación mientras su dueño y amigo lucha con todas sus fuerzas por salvarlo de una muerte segura, la aparición paulatina de Gmork entre la maleza o la triste realidad al descubrir Atreyu que las fronteras de Fantasía están demasiado lejos entre otros son tan sólo perlas de un collar muy definido.
- continúa en spoilers -
La película comienza como un pequeño drama. En apenas unos minutos nos damos cuenta que Bastian, el protagonista humano del filme, es un niño huérfano de madre a quien encuentra a faltar mientras su padre es un hombre absorto en su trabajo y que apenas dedica tiempo a su hijo. Más tarde descubrimos que es víctima de un incesante caso de bulling. Esa carencia afectiva en el hogar y esa situación de sufrimiento en la escuela hacen que los mundos fantásticos que se inventa sean su vía de escape y su pequeño remanso de paz [...] Es en el momento donde Bastian entra en la librería del señor Coreander y entabla contacto con el libro “La historia interminable” cuando automáticamente la imaginación va floreciendo, germinando hacia un auténtico rito de iniciación para que los dos mundos, el real y el imaginario, se conozcan y acaben fusionándose. Pero para llegar al resultado final hay que pasar por un viaje, una travesía donde el héroe simbólico de la función, Atreyu, debe encontrar la cura a la destrucción que aflige a Fantasía. La escena de la librería podría decirse que es el punto de inflexión donde Bastian, el humano, a través del Sr. Coreander, el dueño de la tienda, entra en contacto con Atreyu, la fantasía en su máximo esplendor [...]
Lógicamente 32 años desde 1984 son muchos, demasiados en según qué aspectos y apartados. En su momento estábamos ante una de las mayores superproducciones a las que se enfrentaba el mundo del cine pero lo que no se puede conseguir es que todo siga igual y lo que más se resiente en una película es el apartado visual. De ahí se desprende que no todas las animatrónicas empleadas han logrado superar el paso del tiempo al igual que ciertos cromas son inevitablemente cantosos en más de una ocasión. [...] Seres que acaban por convertirse en personajes imprescindibles dentro de la narrativa. Mientras unos son meros secundarios como el caracol de carreras o el murciélago, donde se demuestra un logro absoluto y que no resultan chirriantes (sino acertados) otros acaban formando parte no sólo de la cultura cinematográfica propiamente dicha como es el caso de Fujur (Falcor en el libro) cuyo diseño, que siempre recordó a un perro con escamas, no empaña en absoluto la sensación de estar contemplando un personaje fiel a la esencia de su propia idiosincrasia. Su presentación, su interacción, su razón de ser y su autonomía le confieren el carácter necesario para ser un auténtico dragón de la suerte donde cualquiera que cabalgue a lomos de él sabrá comprender la razón de lo que significa la palabra fantasía e imaginación. Lo mismo sucede con Gmork, el servidor de la Nada, auténtico secuaz del mal y cuya presencia, fisonomía y actuación es un auténtico lujo tanto para la película como para la historia.
Como ya sucediera con otros productos similares, los protagonistas de la película son los niños. Todo está expuesto a través de la mirada de ellos. Y no es para menos. La supervivencia de la propia Fantasía, como forma y fondo, como lugar y como razón de ser, se encuentra en la propia esencia de la infancia. De ahí que Bastian sea el narrador y observador, de ahí que la Emperatriz Infantil necesite la ayuda de un niño, el único que puede salvarla tanto a ella como al propio universo del cual ella es ama y señora. Al igual que Atreyu sea un guerrero pero un niño a fin de cuentas, alguien que tiene el ímpetu que la inocencia de los infantes otorga y no le cueste aceptar el reto de alcanzar las fronteras de lo imposible. Porque los adultos lo pensamos, lo meditamos y lo razonamos todo sin dejar entrar en la ecuación nada más. Esta es una de las razones por las cuales “La historia interminable” es un toque de atención a los mayores pero a su vez un canto de esperanza para los mismos. La obra literaria abarcaba muchos temas a tratar pero al concretar toda la historia en la primera mitad del libro la película se centró única y exclusivamente en dos aspectos: la pérdida de imaginación por parte de los adultos y el viaje a la aventura de los personajes para acabar fusionando ambas propuestas en una sola. En sí mismo todo versa sobre lo mismo: viajar es imaginar e imaginar es crear. Todo en uno. Lógicamente, concentrar un material tan profundo, maduro y largo en apenas hora y media de duración es un trabajo arduo. De ahí se desprende que todo lo superfluo, lo que está al servicio de la meditación, es dejado de lado para centrar la cámara en la aventura pura y dura. [...] De ahí que momentos como el del pantano de la tristeza donde el caballo Artax va hundiéndose poco a poco ante la sensación de profunda desolación mientras su dueño y amigo lucha con todas sus fuerzas por salvarlo de una muerte segura, la aparición paulatina de Gmork entre la maleza o la triste realidad al descubrir Atreyu que las fronteras de Fantasía están demasiado lejos entre otros son tan sólo perlas de un collar muy definido.
- continúa en spoilers -
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
[...] Para empezar la película empieza con un viaje en busca de la cura al problema de base. Ese trayecto sirve para que una galería de personajes, situaciones y problemas den como resultado un auténtico tour de force que llegados al clímax tengamos que enfrentarnos a la decisión final: seguir con los pies en el suelo, seguir siendo humanos anclados a la rutina y la desidia o de lo contrario dejar volar la imaginación para que la fantasía propiamente dicha esté a salvo de su propia extinción. Como suele suceder cada personaje acaba representando simbólicamente un elemento clave de nuestro mundo real. Nos encontramos con Fujur, el dragón de la suerte, que personifica la magia del mundo onírico [...]. También nos encontramos con Morla, la vetusta tortuga que a modo de la vejez del hombre se ofrece a su vez como la voz del adulto que no concibe la posibilidad de que un mundo fantástico tenga razón de ser [...]. Por último pero no menos importante está Gmork, el servidor de la Nada, el símbolo del mundo real que está dispuesto a sacrificar todo cuanto pueda incluso aceptando la posibilidad de morir por la causa de destrucción. Es la personificación del mal propiamente dicho[...]. Su presencia en la película es furtiva, entre las sombras, siendo más una amenaza propiamente dicha que una figura constante. Tan sólo en los minutos finales aparecerá en todo su esplendor simplemente para enfrentarse a Atreyu, su digno oponente y enemigo.
El speech final de Gmork donde vomita toda su rabia y todo su odio hacia el propio mundo que le rodea es tan real que abruma y asusta por la sencilla razón de que podría extrapolarse a cualquier discurso totalitario. “Las personas que no tienen esperanza son fáciles de dominar y quien tiene el dominio tiene el poder” es, quizás, una declaración de intenciones tan impactante [...]. Y lo mismo puede decirse de la torre de marfil como símbolo de la pureza absoluta, habitada por la Emperatriz Infantil, líder de los sueños y posibilidades que dan los mismos. Lo más impresionante del personaje, cuya fisonomía es pura gracilidad, elegancia y fragilidad al mismo tiempo es ese momento donde en un arrebato de desesperación, demostrando a su vez la calidad actoral de la actriz para el drama, rompe la cuarta pared, mira fijamente a cámara, captando la atención tanto de Bastian como del propio espectador pidiendo ayuda a ambas partes pues son las dos partes importantes y los únicos que pueden salvar su mundo a través de la imaginación, la única que concibe vida a Fantasía como lugar y como razón de ser. [...]
Como fondo, como poso y moraleja podemos concluir con el mensaje de que la fantasía requiere esfuerzo e imaginación sin que nada se dé por sentado. En la transición de niño a adulto de cualquier persona hace que muchas veces tengamos que dejar y abandonar ese mundo infantil para que la realidad guíe nuestra vida. Es por esa razón que la esencia de la propia película contenga un idealismo y un mensaje esperanzador que funciona cual reloj suizo más de 30 años después. Una vez nos adentramos en Fantasía, la cual “no tiene fronteras” y no requiere de límites, simbolizada por el Auryn, un amuleto con forma de dos serpientes entrelazadas sin principio ni final, no necesita barreras ni nada que la frene. Sólo en el momento donde el espejo, en el cual se reflejan los dos bandos, es traspasado por las dos representaciones (humana y fantástica) hacen que realidad y onirismo vayan a lomos de un dragón de la suerte para que la vida diaria sea un mundo más fácil de habitar. Porque en las manos de un niño está la salvación de Fantasía [...].
Crítica completa: https://claquetadebitacora.wordpress.com/2016/06/11/critica-la-historia-interminable-wolfgang-pertersen-fantasia-no-tiene-fronteras/
El speech final de Gmork donde vomita toda su rabia y todo su odio hacia el propio mundo que le rodea es tan real que abruma y asusta por la sencilla razón de que podría extrapolarse a cualquier discurso totalitario. “Las personas que no tienen esperanza son fáciles de dominar y quien tiene el dominio tiene el poder” es, quizás, una declaración de intenciones tan impactante [...]. Y lo mismo puede decirse de la torre de marfil como símbolo de la pureza absoluta, habitada por la Emperatriz Infantil, líder de los sueños y posibilidades que dan los mismos. Lo más impresionante del personaje, cuya fisonomía es pura gracilidad, elegancia y fragilidad al mismo tiempo es ese momento donde en un arrebato de desesperación, demostrando a su vez la calidad actoral de la actriz para el drama, rompe la cuarta pared, mira fijamente a cámara, captando la atención tanto de Bastian como del propio espectador pidiendo ayuda a ambas partes pues son las dos partes importantes y los únicos que pueden salvar su mundo a través de la imaginación, la única que concibe vida a Fantasía como lugar y como razón de ser. [...]
Como fondo, como poso y moraleja podemos concluir con el mensaje de que la fantasía requiere esfuerzo e imaginación sin que nada se dé por sentado. En la transición de niño a adulto de cualquier persona hace que muchas veces tengamos que dejar y abandonar ese mundo infantil para que la realidad guíe nuestra vida. Es por esa razón que la esencia de la propia película contenga un idealismo y un mensaje esperanzador que funciona cual reloj suizo más de 30 años después. Una vez nos adentramos en Fantasía, la cual “no tiene fronteras” y no requiere de límites, simbolizada por el Auryn, un amuleto con forma de dos serpientes entrelazadas sin principio ni final, no necesita barreras ni nada que la frene. Sólo en el momento donde el espejo, en el cual se reflejan los dos bandos, es traspasado por las dos representaciones (humana y fantástica) hacen que realidad y onirismo vayan a lomos de un dragón de la suerte para que la vida diaria sea un mundo más fácil de habitar. Porque en las manos de un niño está la salvación de Fantasía [...].
Crítica completa: https://claquetadebitacora.wordpress.com/2016/06/11/critica-la-historia-interminable-wolfgang-pertersen-fantasia-no-tiene-fronteras/