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Comedia. Fantástico. Terror
Dos parados (Mario Casas y Hugo Silva) cometen un atraco y huyen perseguidos por la policía (Pepón Nieto y Secun de la Rosa) y por la ex mujer de uno de ellos (Macarena Gómez). Así, se adentran en los bosques impenetrables de Navarra y caen en las garras de una horda de mujeres enloquecidas que se alimentan de carne humana. (FILMAFFINITY)
15 de enero de 2014
24 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estimado señor Álex de la Iglesia Mendoza:
Me decidí a dedicarte esta otra de mis cartas públicas a directores de cine en el momento en que tuvo lugar la anécdota que me dispongo a exponerte:
Resulta que desde que, durante los "festejos" y actividades que se celebran en la ciudad de Málaga con motivo de su festival de cine, yo me fui a meter en una sala un poco sin saber, y vi los cincuenta primeros minutos de LOS CRíMENES DE OXFORD (con los otros sesenta, sencillamente, no tuve valor), pues como que ya el nombre de Álex de la Iglesia tiene para mí connotaciones muy negativas, de ahí que dejara de invertir el más nimio esfuerzo en ver BALADA TRISTE DE TROMPETA y LA CHISPA DE LA VIDA, las cuales, por otra parte, amigos que tengo (tanto de los que "me fío" como de los que no) me han asegurado que son basura y de la peor.
Pero he aquí que llego a casa de Carmen, y entre comentarios y tertulias culturetas varias, me saca el tema de que ha visto hace poco LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI. Pero no parece muy contenta, es más, me dice que le ha parecido horrible, sin gracia, pueril y, bajo su criterio, totalmente denigrante para con las mujeres. Yo le replico que seguramente está exagerando, a lo que ella me anima a verla e irla comentando conforme avance la trama.
Aproximadamente tres cuartos de hora después, lo que yo sentía en mi interior era algo que me pasa muy pocas veces delante de una película: sentí bochorno; sentí vergüenza ajena; sentí lástima; y en última instancia, y cuando Carmen me informó de que, no conformes con las diez nominaciones a los Goya (¿por qué no le habrán dado cuarenta?), la van a presentar para los Oscars, lo que sentí fue rabia, indignación y asco.
Y es diferente a lo que experimento cuando me trago yo solo esas pelicuchas españoides made in Bigas Luna/Vicente Aranda de coños, folleteos y asquerosidades diversas. En estos casos, lo único que me da por sentir es una distante repugnancia. Con LAS BRUJAS..., en cambio, me ha dado auténtica pena, auténtico desazón de contemplar cómo alguien que tampoco hace mucho creó ACCIóN MUTANTE y EL DíA DE LA BESTIA ha sido capaz de presentarse como el autor, o co-autor, de esta bendita mierda. Cuya historia es un disparate, y un disparate poco atrayente, por cierto; cuya fotografía es pobre y monótona; cuyo elenco actoral está de pena, con la excepción de los más veteranos y del que hace de taxista (quien es de los pocos a los que se le entiende el texto); y cuyo guión es un insulto a la inteligencia, al buen gusto, a las mujeres todas (le di la razón a Carmen, por supuesto) y a todo el que sienta cierto amor por el cine.
Obviaremos que se alarga sin necesidad y muchísimo (¿por qué son indispensables casi dos horas cuando hay tan poco que contar?; pasaremos por alto que muchos diálogos son un intento (frustrado y me atrevería decir que patético) de Quentin Tarantino, quien por cierto ya en algunos sectores estoy oyendo que empieza a sentar mal su palabrería plomiza y cargante, así que viniendo de un (mal) imitador, ya ni os cuento; nos olvidaremos de que ya estoy hasta la coronilla de la cara de guapete peligroso de Hugo Silva, y de que Mario Casas... ¿Mario Casas por qué está ahí?; perdonaremos, aunque nos cueste, que es el largometraje más misógino y vergonzante de cuantos me he topado, en el que, dicho sea de paso, multitud de mujeres se han rebajado a participar de buena gana en él, con algunas metáforas tan explícitas sobre el maltrato que el género femenino supuestamente inglige al pobrecito hombre de a pie, que me entran ganas de darle unas palmaditas de consuelo en la espalda al Jorge Guerricaechevarría; todo eso, no lo tendremos en cuenta.
Pero las tres cosas que no pienso perdonar bajo ningún pretexto son, a)- Lo aburridísima que se llega a hacer (culpa de una narración caótica e incoherente); b)- Que se ha pagado con dinero de los impuestos de los españoles. "La cultura es que hay que subvencionarla"... Joder... Esto no es cultura, Hostia. Y habrá feministas que tengan los santos ovarios de defenderla (aquí se ve lo súper-progres que son en realidad los de los Goya). A propósito que me alegro un montón de que de seis millones que ha valido, no han sido capaces de amortizarla. Vergüenza debería daros... ; c)- Y más importante: el imperdonable atentado al buen gusto que has perpetrado, Álex, al colocar a una actriz excepcionalmente mediocre, con una exagerada falta de carisma y de salero, de una belleza muy discutible (hay quien la vio "off the screen" sin maquillaje y sin iluminación ni efectos tramposos, y la confundió con una curranta del equipo técnico) sólo porque se haya convertido en amante tuya. Ese, lo lamento, es uno de los pecados más viles que puede cometer un director y, de hecho, de los más usuales. Lo que pasa es que una cosa es conocer en el plató a una actriz eficaz e interesante, como Diane Keaton con Woody Allen, o a una maravillosa e inconmesurable intérprete, además de guapísima, como Gong Li con Zhang Yimou. Y otra muy distinta, encapricharte cual viejo verde de una niñata sin talento y tener la osadía y el impudor de ponerla ahí de protagonista por darle gusto a la niña.
Me decidí a dedicarte esta otra de mis cartas públicas a directores de cine en el momento en que tuvo lugar la anécdota que me dispongo a exponerte:
Resulta que desde que, durante los "festejos" y actividades que se celebran en la ciudad de Málaga con motivo de su festival de cine, yo me fui a meter en una sala un poco sin saber, y vi los cincuenta primeros minutos de LOS CRíMENES DE OXFORD (con los otros sesenta, sencillamente, no tuve valor), pues como que ya el nombre de Álex de la Iglesia tiene para mí connotaciones muy negativas, de ahí que dejara de invertir el más nimio esfuerzo en ver BALADA TRISTE DE TROMPETA y LA CHISPA DE LA VIDA, las cuales, por otra parte, amigos que tengo (tanto de los que "me fío" como de los que no) me han asegurado que son basura y de la peor.
Pero he aquí que llego a casa de Carmen, y entre comentarios y tertulias culturetas varias, me saca el tema de que ha visto hace poco LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI. Pero no parece muy contenta, es más, me dice que le ha parecido horrible, sin gracia, pueril y, bajo su criterio, totalmente denigrante para con las mujeres. Yo le replico que seguramente está exagerando, a lo que ella me anima a verla e irla comentando conforme avance la trama.
Aproximadamente tres cuartos de hora después, lo que yo sentía en mi interior era algo que me pasa muy pocas veces delante de una película: sentí bochorno; sentí vergüenza ajena; sentí lástima; y en última instancia, y cuando Carmen me informó de que, no conformes con las diez nominaciones a los Goya (¿por qué no le habrán dado cuarenta?), la van a presentar para los Oscars, lo que sentí fue rabia, indignación y asco.
Y es diferente a lo que experimento cuando me trago yo solo esas pelicuchas españoides made in Bigas Luna/Vicente Aranda de coños, folleteos y asquerosidades diversas. En estos casos, lo único que me da por sentir es una distante repugnancia. Con LAS BRUJAS..., en cambio, me ha dado auténtica pena, auténtico desazón de contemplar cómo alguien que tampoco hace mucho creó ACCIóN MUTANTE y EL DíA DE LA BESTIA ha sido capaz de presentarse como el autor, o co-autor, de esta bendita mierda. Cuya historia es un disparate, y un disparate poco atrayente, por cierto; cuya fotografía es pobre y monótona; cuyo elenco actoral está de pena, con la excepción de los más veteranos y del que hace de taxista (quien es de los pocos a los que se le entiende el texto); y cuyo guión es un insulto a la inteligencia, al buen gusto, a las mujeres todas (le di la razón a Carmen, por supuesto) y a todo el que sienta cierto amor por el cine.
Obviaremos que se alarga sin necesidad y muchísimo (¿por qué son indispensables casi dos horas cuando hay tan poco que contar?; pasaremos por alto que muchos diálogos son un intento (frustrado y me atrevería decir que patético) de Quentin Tarantino, quien por cierto ya en algunos sectores estoy oyendo que empieza a sentar mal su palabrería plomiza y cargante, así que viniendo de un (mal) imitador, ya ni os cuento; nos olvidaremos de que ya estoy hasta la coronilla de la cara de guapete peligroso de Hugo Silva, y de que Mario Casas... ¿Mario Casas por qué está ahí?; perdonaremos, aunque nos cueste, que es el largometraje más misógino y vergonzante de cuantos me he topado, en el que, dicho sea de paso, multitud de mujeres se han rebajado a participar de buena gana en él, con algunas metáforas tan explícitas sobre el maltrato que el género femenino supuestamente inglige al pobrecito hombre de a pie, que me entran ganas de darle unas palmaditas de consuelo en la espalda al Jorge Guerricaechevarría; todo eso, no lo tendremos en cuenta.
Pero las tres cosas que no pienso perdonar bajo ningún pretexto son, a)- Lo aburridísima que se llega a hacer (culpa de una narración caótica e incoherente); b)- Que se ha pagado con dinero de los impuestos de los españoles. "La cultura es que hay que subvencionarla"... Joder... Esto no es cultura, Hostia. Y habrá feministas que tengan los santos ovarios de defenderla (aquí se ve lo súper-progres que son en realidad los de los Goya). A propósito que me alegro un montón de que de seis millones que ha valido, no han sido capaces de amortizarla. Vergüenza debería daros... ; c)- Y más importante: el imperdonable atentado al buen gusto que has perpetrado, Álex, al colocar a una actriz excepcionalmente mediocre, con una exagerada falta de carisma y de salero, de una belleza muy discutible (hay quien la vio "off the screen" sin maquillaje y sin iluminación ni efectos tramposos, y la confundió con una curranta del equipo técnico) sólo porque se haya convertido en amante tuya. Ese, lo lamento, es uno de los pecados más viles que puede cometer un director y, de hecho, de los más usuales. Lo que pasa es que una cosa es conocer en el plató a una actriz eficaz e interesante, como Diane Keaton con Woody Allen, o a una maravillosa e inconmesurable intérprete, además de guapísima, como Gong Li con Zhang Yimou. Y otra muy distinta, encapricharte cual viejo verde de una niñata sin talento y tener la osadía y el impudor de ponerla ahí de protagonista por darle gusto a la niña.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Desconozco los detalles de tu escabrosa vida privada (entre otras cosas, porque me importan un pito). Pero has cometido una falta muy grave al reproducir líneas de diálogo de tu propia vida en el texto de la peli, tal cual, sin adaptarlos a la situación, aunque no vengan a cuento, aun metidos con calzador. De lo que infiero que esto más que una película que tenías verdadera ilusión por hacer, es una rabieta vengativa e infantil contra las mujeres que te han herido el orgullo alguna vez.
'¡¿Cómo has podido llevarte a nuestro hijo a un atraco?! - Algo tenía que hacer para poder verle.'
'¡Te voy a meter una denuncia que te vas a cagar!'
'La Diosa madre, en su infinita maldad...'
...
Álex... Jorge... ¿Pero qué cojones me estáis contando? Sois visceralmente machistas, eso ha quedado patente... bueno, y otras cosas también han quedado claras. ¿Pero en qué momento os habéis visto con derecho a gastaros el dineral que ha costado este mojón de película solamente para reivindicar lo malvadas que son TODAS las mujeres (porque no hay ni una sola que salga en el metraje que no esté caracterizada como una mala bruja del demonio) y lo mal que nos lo hacen pasar a los tíos, tanto que hasta ponerle una pistola a tu hijo en la mano y robar un banco tiene alguna justificación? Que por cierto, cada vez entiendo menos lo de que haya un atraco. He leído por ahí que has dicho que 'las mujeres cada vez son más malas, y los hombres más tontos', y estoy de acuerdo en la segunda parte, aunque sólo aplicada a tipejos como tú, claro. Los demás medio se manejan.
Hombre, y se me ocurren un par de razones por las que te lo han hecho pasar mal las mujeres: 1ª- no seas tan insufriblemente pedante, que tienes un verbo desagradable y pretencioso; 2ª- haz ejercicio, so pedazo de ballenato impresentable, que me da grima de pensar las cosas que hacéis la chiquilla de los dientes y tus cien kilos de peso.
Mi mensaje final no va para ti, que ya te he entretenido bastante, y no creo que merezcas tanto mi atención. Sino para las mujeres que encima se habrán reído de ver cómo todos los personajes femeninos en una película subvencionada por el erario público eran tildadas de diablesas, excepto aquella que finalmente acaba aceptando al hombre como su salvador y redentor (Cristo... Uaooo, qué guión más redondo), y se subyuga a sus prudentes designios. Y el mensaje es el siguiente:
Manda huevos, hijas, MANDA HUEVOS.
'¡¿Cómo has podido llevarte a nuestro hijo a un atraco?! - Algo tenía que hacer para poder verle.'
'¡Te voy a meter una denuncia que te vas a cagar!'
'La Diosa madre, en su infinita maldad...'
...
Álex... Jorge... ¿Pero qué cojones me estáis contando? Sois visceralmente machistas, eso ha quedado patente... bueno, y otras cosas también han quedado claras. ¿Pero en qué momento os habéis visto con derecho a gastaros el dineral que ha costado este mojón de película solamente para reivindicar lo malvadas que son TODAS las mujeres (porque no hay ni una sola que salga en el metraje que no esté caracterizada como una mala bruja del demonio) y lo mal que nos lo hacen pasar a los tíos, tanto que hasta ponerle una pistola a tu hijo en la mano y robar un banco tiene alguna justificación? Que por cierto, cada vez entiendo menos lo de que haya un atraco. He leído por ahí que has dicho que 'las mujeres cada vez son más malas, y los hombres más tontos', y estoy de acuerdo en la segunda parte, aunque sólo aplicada a tipejos como tú, claro. Los demás medio se manejan.
Hombre, y se me ocurren un par de razones por las que te lo han hecho pasar mal las mujeres: 1ª- no seas tan insufriblemente pedante, que tienes un verbo desagradable y pretencioso; 2ª- haz ejercicio, so pedazo de ballenato impresentable, que me da grima de pensar las cosas que hacéis la chiquilla de los dientes y tus cien kilos de peso.
Mi mensaje final no va para ti, que ya te he entretenido bastante, y no creo que merezcas tanto mi atención. Sino para las mujeres que encima se habrán reído de ver cómo todos los personajes femeninos en una película subvencionada por el erario público eran tildadas de diablesas, excepto aquella que finalmente acaba aceptando al hombre como su salvador y redentor (Cristo... Uaooo, qué guión más redondo), y se subyuga a sus prudentes designios. Y el mensaje es el siguiente:
Manda huevos, hijas, MANDA HUEVOS.