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España España · El Puerto de Santa María
Voto de Jesus Gonzalez:
5
Aventuras Ya hace años que Tarzán (Alexander Skarsgård) abandonó la jungla africana para llevar una vida aburguesada como John Clayton III, Lord Greystoke, junto a su esposa Jane (Margot Robbie). Pero un día le ofrecen el cargo de embajador en el Congo. En realidad, todo forma parte de un plan ideado por un capitán belga (Christoph Waltz), aunque los responsables de llevarlo a cabo no están preparados para ello. (FILMAFFINITY)
28 de julio de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarzán, el rey de los monos, ahoga su inconfundible grito de guerra en finas tazas de té que sujeta con sus gigantescas manos, mientras se presenta en sociedad como el Lord Greystoke que siempre fue, un burgués llamado John Clayton III, que decidió cambiar las lianas de la jungla congoleña por sedosas cortinas anglosajonas y vivir con su amada Jane lejos de los interminables peligros de la naturaleza, dejando atrás todo rastro de familia y origen.

David Yates sitúa esta inédita historia sobre el hombre mono tras los hechos acontecidos en Greystoke, la leyenda de Tarzán (1984), con la intención de adoptar un nuevo enfoque sobre el personaje de Edgar Rice Burroughs, pero sin llegar a abandonar sus más arraigadas características. Tarzán (Alexander Skarsgård) se verá obligado a volver a su verdadera tierra natal, acompañado de su esposa Jane (Margot Robbie) y de George Washington Williams (Samuel L. Jackson) para investigar los oscuros planes del capitán belga Leon Rom (Christoph Waltz).

La narrativa de Yates, algo indecisa en su apuesta por lo novedoso, descansa sobre flashbacks que rememoran acontecimientos pasados de la vida de Tarzán, lastrando el ritmo de un primer tercio algo irregular y pausado. Progresivamente, la película toma carrerilla gracias a la espectacular recreación de la selva y su fauna, aunque ciertas escenas no eviten caer en un misterioso “déjà vu”, más teniendo aún reciente el visionado del remake de El Libro de la Selva (2016), con el que la cinta guarda ciertos paralelismos, tanto en el apartado estético, como en el tratamiento, a ratos, naturalista del mensaje.

Si observamos más allá del complejo entramado argumental que, actualmente, caracteriza a este tipo de Blockbusters modernos, observamos cierto renqueo en el desarrollo de sus subtramas e incluso en la resolución de algunas acciones; poco desarrollo de personajes que a priori resultaban interesantes; y, a veces, cambios bruscos de tono que devienen en usos algo forzados del humor, como si la película intentase crear un producto siguiendo una serie de instrucciones que no terminan de encajar con las ideas de partida, conformando piezas a medio camino entre lo clásico y lo moderno, pero sin llegar a pertenecer a ninguno de estos ámbitos por completo.

Algo así debió pasarle a Tarzán, un hombre con raíces humanas arraigadas en un territorio hostil e indomable que acabó convirtiéndose en el único hogar posible, en la única patria aceptable, pero que siempre se mantuvo reacio y dubitativo sobre su pertenencia real a cualquiera de los mundos que llegó a habitar, hasta que, finalmente, desde la pasión y la paz que despierta la vuelta al hogar, pudo encontrar en su propia familia la clave que da sentido a toda una leyenda.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jesus Gonzalez
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