El título de esta humilde opinión recoge la que considero mejor frase de la película, y a la vez condensa de forma insuperable la sensación que me ha dejado. Statham es, en sí mismo, un subgénero dentro del género de acción. Cuando es un personaje secundario, o al menos tiene un buen antagonista, la cosa suele funcionar bien, porque el tipo es un duro en condiciones, con ese punto macarra y socarrón que a tanta gente deleita, aunque supongo que a otros muchos repatea. Pero cuando él es la única e indiscutible estrella de la función, la cosa cambia, pudiendo salir ésta como el culo. Bien es cierto que los gustos de cada uno son muy particulares y que, dependiendo de la situación, y sobre todo del ojete, tan indecorosa degustación puede suponer un festín.

No es el caso de este vídeo juego acelerado, sin argumento, sin personajes ni otra cosa distinta del exceso gratuito de golpes, gritos, destrozos, tacos, erecciones, amputaciones y rubias buenorras recibiendo lo suyo a veinte uñas, para regocijo de la concurrencia. Mira que Statham me gusta, fíjate que las películas de pura acción sin pretensiones suelen parecerme, no ya llevaderas, sino necesarias para desconectar de una realidad a menudo ingrata. Pero ésta, realmente me ha sabido a culo; tal vez porque es una mierda.