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España España · Murcia
Voto de pasota:
2
Aventuras. Romance En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
1 de junio de 2010
34 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaban los griegos de Alejandría benditamente gobernados por un gobierno de coalición popular de mayoría socialista, viviendo en una armonía feminista, multicultural, gay y de relajadas costumbres morales, donde la filosofía y la sodomía galopaban libremente por entre las gentes cuando de repente vinieron los pérfidos cristianos, garrote en mano y vestidos de negro, dispuestos a abrir las cabezas de los dialogantes talanteros como si fueran melones de agua en un intento por que éstos pudieran acceder al amor universal de Cristo. Para ello, el líder de los cristianos, un ser bizco, de mirada torva, miserable y evidente simpatizante del PP y lector de ABC, se valdrá de los trucos más infames para ganarse al populacho. Todo ello ocurrirá ante la mirada horrorizada de la ministra socialista de cuota Hipatia, que sin embargo al ser partidaria de la no-violencia, aboga por un diálogo abierto en cuya última fase dialéctica los cristianos optan por quemarle respetuosamente las tetas. Entre medias la remilgada de Hipatia rechaza a un Sansón de muy buen ver, y un tío muy legal ojo, porque se sobreentiende que ella es una monja casada piadosamente con la "Ciencia" y al parecer sacrifica su virginidad en aras de no-se-qué mandanga astronómica que por culpa de los cristianos se perderá durante siglos, pobreta. Al final los cristofascistas queman la biblioteca como si fueran una especie de manada de monos en trance equipados con antorchas, porque como todo el mundo sabe la Iglesia Católica se dedicó a quemar cosas (en especial libros y gente de bien) durante dos mil años ininterrumpidamente. Si sabemos algo de los griegos es por nuestros queridos amigos los árabes, pueblo especialmente dotado para el pensamiento crítico y legendario defensor de la libertad de expresión, que meticulosamente recopiló todo el pensamiento griego hasta que los bárbaros europeos estuvimos en condiciones de recuperarlo.

Y contar esta historieta, le lleva a Almendrábar unas dos horas y pico. Estoy seguro que Zapatero lloró con la película y nada más salir del cine intentó dibujar las órbitas de Ganímedes, Calipso y Europa en su jardín de Moncloa.
pasota
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