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Voto de Argoderse:
8
Aventuras. Drama Crónica de los diversos avatares que precedieron al rodaje de "La reina de África", de John Huston. El director viajó a África con el pretexto de localizar los exteriores, pero, una vez allí, para desesperación del productor y el resto del equipo, resultó que su único y verdadero objetivo era cazar un elefante. (FILMAFFINITY)
19 de septiembre de 2014
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con la adaptación homónima de la novela del escritor nacido en Alemania y coincidiendo con esa época profesional de vacas flacas, Eastwood lleva a cabo su trabajo más íntimo y personal. La película, como el libro, cuenta los días previos al rodaje de uno de los filmes cumbre del cine de aventuras, La Reina de África. Eastwood, en la piel de Wilson, y Jeff Fahey (Wyatt Earp, Lost) como Verrill, son los protagonistas de una amistad turbulenta y llena de altibajos. En ella se refleja, desde dentro, parte del estrambótico rodaje de la cinta de Houston, que en ocasiones deja de lado el proyecto para logar su verdadera ambición: cazar un elefante africano, el animal más hermoso del planeta. Objetivo que, por otro lado, traerá por el camino del amargura al productor Sam Spiegel, interpretado por George Dzundza (El cazador) y que polemiza con el director por sus continuos caprichos y excentricidades.

El responsable de joyas como Un mundo perfecto o Mystic River, juega con las luces y sombras para mostrar un Wilson (Houston) cercano y distante al mismo tiempo. Mostrando tal vez su cara más introspectiva, Eastwood utiliza el argumento como canal para enseñar sus verdaderos pensamientos sobre la industria y la posición que en su momento ocupaba dentro del gremio. A través de simbiosis de personalidades, abundan reflexiones que fluyen a lo largo del filme y que demuestran la devoción que siempre ha sentido el actor y director estadounidense por el cine clásico, del que forma parte; la época dorada de Hollywood y, sobre todo, la figura del mítico Houston, con el que consigue mimetizarse.

La vis más cómica -sin excesos, eso sí- de Clint Eastwood sale a relucir en Cazador blanco, corazón negro. Varias secuencias, en las que se muestra la personalidad más irreverente de Wilson, están cargadas de un humor ácido que rebajan la tensión del drama que late a lo largo del metraje. Un drama que, por otro lado, estalla de forma imprevisible ante la atenta mirada del propio director y protagonista, helando nuestra propia sangre. Demostración más que evidente de los contrastes que caracterizan a ese bello continente llamado África y que tan bien se retratan en la película.

Como testigo excepcional de tan singular historia aparecen los paisajes africanos, retratados con gran acierto por Jack N. Green. Planos generales y largos cargados de autentico encanto que hipnotizan en todo momento. La cultura africana en todas sus vertientes se despliega antes nuestros ojos, con una crítica velada hacia la colonización del cazador blanco frente al corazón negro que, finalmente, termina por sufrir y llorar las acciones del primero. Lágrimas que "siempre empiezan con las mismas palabras: cazador blanco, corazón negro". Definitivamente, una película que consagró la figura de Eastwood en la dirección y que desencadenó todo un aluvión de trabajos que han recibido, y con mérito, el reconocimiento del público y la crítica.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Argoderse
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