Hay ocasiones en que las expectativas no defraudan y éste es uno de esos casos.

Melvin es un hombre de mediana edad, soltero, que trabaja en su propio apartamento y al que no le gustan los cambios, pues todo debe permanecer en perfecto orden, incluidas sus ideas más retrógradas. Un pequeño incidente provocará que su vida se tambalee y con ello todos sus valores, cosa que Melvin no está dispuesto a aceptar.

Estupendo y correctísimo Jack Nicholson en su papel del obsesivo Melvin, haciéndonos pasar de la ira contenida a la carcajada sonora en un momento, demostrando una infinita calidad de actor en distintos registros.

Argumento muy original que ofrece una perspectiva nueva al mundo de la comedia, haciendo muy llevaderas sus casi dos horas de duración.

Es un título que no puede faltar en vuestra filmografía, lectores!


P.D: Si Jack Nicholson se merecía el Oscar, el perro se merecía el hueso dorado.