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España España · teruel
Voto de simón:
6
Drama. Comedia Daniel y Alain, dos amigos de edad madura, están atravesando una crisis matrimonial. Para ambos el dilema es el mismo: elegir entre sus esposas y sus amantes; pero la decisión que tomen dependerá del carácter de cada uno. En el caso de Daniel, el detonante de la crisis es la ansiedad que le provoca el accidente de coche que sufre su hijo Julien. En este estado, conoce a Judith y se enamora de ella. Por su parte Alain se debate entre su ... [+]
19 de diciembre de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién (de una cierta edad) no recuerda su periodo de adolescencia, aquél en el que creías que el amor era el sentimiento más maravilloso del mundo, aquél en el que estar enamorado suponía el pasaje directo para la exuberante felicidad, aquél en el que hacías todo tipo de locuras para llamar la atención de esa chica que tanto te gustaba, y hacía que con sólo una sonrisa el cielo se acercase a tus brazos?
¿Quién no recuerda ese periodo en el que cada mañana creías haber encontrado la chica soñada, la mujer de tu vida, y que el desengaño no era más que el intervalo de tiempo que precedía a la pasión del enamoramiento más desmedido?
Tiempo aquél. Después, con el paso del mismo, unos años más viejo, más vivido y ajado, con unos cuantos chascos de más apañados, y con tu alma ya más amargada por la desilusión del amor no encontrado, comienzas a desconfiar de todo esto, y piensas que quizá todo sea un cuento chino inventado por la aviesa cabeza de algún escritor interesado, que jamás haya, de verdad, estado enamorado.
Y los chascos continúan, y los desengaños te lastran en una agónica letanía, y sientes que las heridas duelen un poco más cada día; pero te sigues arriesgando, y apuestas por esa persona que no te acaba de llenar.
Y sigues pensando que te han engañado: que el amor no existe y que cuando antes asumas esa realidad antes dejarás de deambular.
Y pasa el tiempo, y ya por fin te convences, definitivamente, después de innumerables desencuentros, de que el amor simplemente no existe y que el mejor de los sentimientos que puedes sentir por esa persona a la que tanto quieres es el apego, y que lo demás no puede conducirte a nada bueno.
Pero un buen día, cuando ya habías perdido la esperanza, y hacía tiempo que habías dejado de creer en el amor, se produce el milagro y casi por casualidad te cruzas con esa persona con la que siempre habías soñado, esa persona que sólo con su presencia consigue iluminar un presente que considerabas oscuro y lastrado, ilusionando un futuro que creías ya dejado y enterrado.
Porque sin duda, eso es lo mejor que nos ofrece la vida: la posibilidad ( aunque sólo sea una vez en la vida) de encontrar a esa persona que nos pueda acercar a la tan anhelada felicidad.
simón
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