Ron Howard es un director que podrá gustar más o menos, pero cuando se emplea a fondo, demuestra que puede realizar una película importante y de una calidad indudable. El último recuerdo positivo que dejó en mi retina el realizador americano fue 'El Desafío: Frox contra Nixon'. Recomiendo verla. Aunque tiene otras joyitas por ahí como 'Willow' o 'Una Mente Maravillosa' con la que consiguió el 'Oscar' a "Mejor película" y "Mejor director".

Pero hablemos de su nuevo trabajo, 'Rush'. ¿Una cinta sobre la Fórmula 1 y ya está?. No señoras y señores. Dejando a a un lado en que se centra el film, 'Rush' habla sobre la pasión y dedicación en lo que se desea o se sueña, sobre las ganas de vivir intensamente, la lucha por seguir hacía adelante, o incluso sobre el amor y la soledad. Y me quedo corto.

En sus dos horas de metraje (se pasan en un suspiro), es un ejercicio de narración impecable, de emoción y de una intensidad impresionante. Incluso cuando finaliza la función, deseas que prosiga, por lo menos en mi caso.

Es emocionante todo lo que rodea a la película, pero también se halla en ella un dramatismo palpable que la hace todavía más sensacional. No se trata de una cinta de perdedores y vencedores, al menos eso ha querido transmitir Ron Howard. Sino del éxito y el reconocimiento conseguido en dos figuras muy diferentes en el mundo del deporte.

Luego tenemos a los protagonistas, los cuales están fabulosos, cada uno en su personaje, muy distintos entre sí. Chris Hemsworth es el chico malo, mientras que Daniel Brühl posee un rol de mayor riqueza y profundidad en su interpretación hacia Nikki Lauda.

Se echa de menos algo más de fondo en los personajes, aún estando perfectamente definidos, y quizás también una mano rutinaria menor en las secuencias de las carreras. Destacar el acierto de mostrar imágenes de los hechos reales constantemente intercaladas con imágenes ficticias elaboradas de forma soberbia.

Seas o no seas seguidor/a de este deporte extremo, te lo vas a pasar bien y disfrutarás. Mi acompañante no ha visto una carrera de Fórmula 1 en su vida, y se lo ha pasado genial.

Un título imprescindible para los amantes de la velocidad y del automovilismo. Pero ojo, no solo queda en eso, sino en mucho más allá de un entretenimiento fugaz.