Si juntamos 'Mad Max', los 'Terminators' de Cameron, los viajes hacía el lejano y salvaje "western", e incluso nos acercamos a la barrera del drama, aparece 'Logan' (2017). Y así, mientras la vemos y avanzan los minutos, no da la sensación de ver "una de superhéroes", sino una dramática odisea que empalma con un ejercicio de acción extremadamente violento. Y no todo es acción, que la tiene y además, de una bestialidad escalofriante, dirigida con pasión y una energía asfixiante. 'Logan' sabe detenerse, y logra evitar ser una más del género. El guión nutre a los personajes, los vitaliza con idóneas interacciones entre ellos, y los humaniza, volviéndolos cercanos para llegar a empatizar con ellos y así crear un efecto emocional importante.

Llegados a este punto, la película poco a poco se gana con gallardía nuestro corazón. Arranca grandes emociones de nuestro interior como lo hace "Lobezno" o "Wolverine" (como prefiráis) con sus garras en la piel del enemigo, voltea inesperadamente la trama, la salvaje y adorable "Laura" o "X-23" nos sorprende una vez más, y el tercio final definitivo se vuelve un huracán de tensión, un torbellino apoteósico de acción impresionante, dejando en punto y final a Hugh Jackman con su personaje fetiche acabando de forma inmejorable. Hasta se permite, como es en mi caso, por sorpresa, obligarme a derramar más de un lagrimón en este último viaje del mutante más carismático que existe.

Desde 'El Caballero Oscuro' de Christopher Nolan, o 'Batman V Superman' no tenía tal sensación de grandeza ante una cinta de superhéroes. 'Logan' sin contar con grandes villanos, se acerca, a la insuperable (hasta la fecha) secuela del murciélago. Y por supuesto, sin ninguna duda, se convierte en la mejor entrega del universo "X-Men". Y yo encantado de poder pisar el cine una segunda vez en los próximos días, para una segunda despedida.

Gracias, Hugh, chaval...