Noé

Pues lo cierto es que rellenar mas de dos horas de película apoyándose en el relato bíblico era cosa harto difícil, salvo que se le echara imaginación a la cosa.

Y eso es lo que hace el señor Aronofsky.

A base de imaginación va añadiendo capas y capas, inventando personajes, situaciones, ciudades industriales, espíritus convertidos en piedra, etc etc.

Incluso hay un tête a tête entre Matusalem y el propio Noé.

Imaginación y efectos especiales, ese es el resumen de lo que pueden ver, sobre todo si conocen el relato de la Biblia.

Iba a poner el final en el spoiler, pero mejor consúltenla si quieren enterarse como acaba todo esto.

...

'Noé' lo tenía todo para triunfar: un director consolidado como Darren Aranofsky (autor de grandes películas como 'Réquiem por un sueño', 'El luchador' o 'Cisne negro'), un reparto estelar encabezado por Russel Crowe, y una historia épica por todos conocida, la de un hombre elegido por el Creador (Dios) para construir un arca y salvar a todas las especies animales ante un inminente diluvio universal. Todos estos ingredientes, acompañados de 125 kilos de presupuesto, hacían presagiar algo grande, pero desgraciadamente se ha quedado en una superproducción vacua que será olvidada en no mucho tiempo.

¿Qué ha podido fallar? Es difícil de explicar, pero una de las primeras conclusiones que podemos extraer es que Aranofsky se desenvuelve mejor con cintas pequeñas de presupuesto moderado, porque ahí es donde saca todo su potencial como cineasta, que es mucho. En el film que nos ocupa, da la sensación de que los millones se han "comido" al director, de que este ha perdido su identidad cinematográfica y de que, hablando claro y mal, se ha hecho la picha un lío. Religión, catástrofes, amor, acción, drama, fantasía... El estadounidense ha querido abarcar tantas cosas y tan dispares que se ha quedado a medio camino en todas ellas (eso sin tener en cuenta las licencias que se ha tomado, que también son unas cuantas y cuyo acierto es cuanto menos discutible). Al final, nos encontramos con un batiburrillo de 138 minutos que entretiene, no lo vamos a negar, pero que no transmite lo que se supone que debería transmitir.

El reparto trata de salvar los muebles como buenamente puede. A Russel Crowe le basta con actuar en modo automático para cumplir sobradamente como Noé, mientras que el resto del elenco, formado por nombres tan destacados como Emma Watson, Anthony Hopkins o Ray Winstone, hacen lo propio, pero sin destacar especialmente. La que en mi opinión lleva a cabo una interpretación más notable es Jennifer Connelly como Naamé, la esposa del protagonista, siendo el único personaje que en determinados momentos consigue transmitir cierta emotividad. Respecto al apartado visual, cumple con lo mínimo exigible teniendo en cuenta su elevado presupuesto; sin embargo, está lejos de sorprender (cosa bastante difícil de conseguir en esta época en la que ya está todo visto) y no se le termina de sacar todo el provecho posible. Por cierto, ¿soy el único que encuentra parecidos más que razonables entre los Vigilantes (las criaturas de piedra que ayudan a Noé) y los ents de 'El Señor de los anillos'?

Como acostumbro a hacer cuando una película no cumple mis expectativas, he querido resaltar sus puntos más flojos y aquello que se podría haber mejorado, pero como ya he dicho, se trata de un entretenimiento digno y de una buena excusa para dejarse caer por el cine en esta Semana Santa que está a la vuelta de la esquina. La gran incógnita es cuál será el camino a tomar por Aranofsky a partir de ahora. Las críticas han sido bastante dispares y en taquilla, aunque está funcionando relativamente bien, no está siendo ni mucho menos el pelotazo que Paramount esperaba. Personalmente, espero que el bueno de Darren vuelva a su cine más personal y psicológico, que es lo que mejor se le da, pero sea cual sea su próximo proyecto, le seguiremos la pista y le daremos un voto de confianza, que un tropiezo lo tiene cualquiera, hombre.

Más críticas en: http://fascineados.blogspot.com.es/

Era dificil que esta "nave" no se hundiera, había muchas adversidades en su contra, que si críticas religiosas, que si problemas con el estudio cinematográfico, que si bajas y declinaciones de actores (Christian Bale, Dakota Fanning, etc), pero aún así Darren hga demostrado ser un capitán de barco solvente y extravagante.

La cinta pasa por ser una mezcla de cine catastrófico con enormes efectos visuales, junto con una correcta y polémica narración bíblica, añadiendo el toque oscuro y asfixiante del director. Y el resultado, a pesar del excesivamente largo metraje, resulta entretenido e interesante. Los efectos, la fotografía y la música son adecuadas y desprenden la calidad que se espera de esta cara producción. Y los actores están fenomenal todos ellos, desde el vegano y tiránico Russell hasta la traumatizada Emma Watson; pero si hay que destacar en especial a alguno, la sufrida Jenniffer Connelly encandila la pantalla como siempre le ocurre, objetividad aparte.

Las películas bíblicas siempre han sido carne de cañón para momentos puntuales del año en todas las cadenas que ofrecen cine en la sobremesa. La historia de Noé, el Génesis, o las siete plagas de Egipto han supuesto cantidad de películas de mejor o peor inversión, y de mejor o peor resultado, que se han podido visionar en fechas señaladas y que no albergan nada más allá de un entretenimiento puntual.
Pero luego llegó el señor Darren Aronofsky y, mezclando una historia clásica como Noé y su arca, Russell Crowe con cambios de peluquería indecentes, Jennifer Connelly con una constante angustia por sobrevivir y la belleza de Emma Watson, seres que habría firmado el mismísimo Tolkien y unos efectos que se debaten entre la delgada línea de lo maravilloso y una constante idea de “te has colado”; ofrece al público una visión novedosa sobre la leyenda y una película decente y desazucarada.
La trama y los momentos de imaginación que Aronofsky propone están dentro de las posibilidades de la cinta en sí; pero el hecho de contar la historia de manera tan rápida y sin entrar en pequeños detalles que podrían haber hecho de la misma algo mucho más agradable y completo, restan el ápice de profesionalidad que se le podría atribuir a una historia de la que se espera mucho más cuando se comienza con ella.

Las conversaciones que el guion propone se encuentran sin sustancia ante la trama de la cinta, que abarca una extinción global con detalles sobre la alimentación animal. Estos seres, los animales, únicos seres puros y limpios de pecado a ojos del Creador, tienen un protagonismo nulo, y es algo que en la historia provoca mucha más necesidad de ver y conocer de la propia importancia que se le otorga. La llegada de los seres al arca no supera unas cuantas escenas hiladas de la mejor manera que se ha ocurrido, y avasallan durante el resto de la cinta al público con pequeñas representaciones sin sentido y ante situaciones esperpénticas y nulas de importancia para el seguimiento de la película.
Los efectos especiales entran en otra dimensión. Es decir, están bien logrados y los momentos en los que se confirman como necesarios no desagradan, pero tampoco deslumbran. Para tratarse de la extinción y purga de la tierra mediante un diluvio universal, el agua no entra en contacto con la película tanto como debiese, y se queda la misma en una sucesión de conversaciones dentro de un arca que, por otro lado, ha sido construida en cuestión de minutos, para todo lo que se podría haber mostrado.

Lo destacable podría quedarse pues en las representaciones del elenco de actores principales: Crowe como Noé, se encuentra en la eterna duda entre su seguimiento al Creador, ser superior que le habla en sueños y le confiere la difícil tarea de salvar lo que merezca ser salvado; Connelly como la fiel esposa llena de amor para con los suyos; Emma Watson como responsable de la repoblación mundial que aporta poco más que belleza en pantalla; Logan Lerman molestando más que ayudando, y un Anthony Hopkins que roza lo gracioso más que lo espiritual.
Estos nombres son los destacables en un pequeño grupo que se queda en conversaciones insulsas y momentos de tensión entre sí.

La rivalidad por la supervivencia en momentos en los que la naturaleza (o fuerza superior, en este caso) entra en escena, es un tema interesante de cara al público que el cine ha ido perfeccionando durante los últimos años, pasando por El día de mañana, 2012, o Pompeya este mismo año; pero parece ser que la fidelidad a una historia clásica y una leyenda como las que tienen en su haber las producciones bíblicas van más allá de ello, y pierden por el camino esa lucha encarnizada que pueden proponer.

Y mientras pensamos en el baño de agua fría que Noé nos deja en el cuerpo, solo podemos esperar a ver el comportamiento que Ridley Scott tiene con otra leyenda, de la mano de Christian Bale en Exodus: Dioses y Reyes; de la cual se espera tanto, o más, de lo que se esperaba con Noé.

Noah es una película que lleva una historia bíblica al cine, y lo hace de una forma bien hecha, además hay que destacar que Emma Watson a mejorado como actriz, todos los del reparto tuvieron buenas actuaciones. En general, un muy buen film.

Noah es una película que nos cuenta una historia bíblica de una forma sobresaliente y audaz que nos puede llevar desde el drama a la acción o del romance a la aventura, y, toda esta combinación de géneros bien lograda, hacen que este largometraje sea abrasador y verdaderamente atractiva. Además, sus efectos visuales hacen que esta historia sea mucho más realista, y su desarrollo se va evocando de forma consistente y capacitado, obteniendo así, una película implacable y poderosa.