Rare Exports: Un cuento gamberro de Navidad

Rare exports pretende ser una vuelta a aquel cine de aventuras para toda la familia de los años 80' con elementos fantásticos. La película cuenta con una premisa atractiva y sugerente: una empresa dedicada a cazar criaturas míticas decide atrapar al autentico Santa Claus, muy alejado del viejo bonachón que coca-cola nos ha vendido. Sin embargo los elementos que podrían haber hecho una película a recordar son dilapidados de forma dolorosa. El arranque es tremendamente provocador y los escenarios naturales de Finlandia nos llevan a un terreno donde la magia puede ser real. Sin embargo el desarrollo de la historia es pobre, los actores mediocres (en especial el que hace de padre del niño) y hay algo imperdonable en este tipo de películas como es escamotear al monstruo, quizás por falta de presupuesto.
De este modo nos encontramos con una película que pese a durar 80 minutos resulta poco entretenida y no cumple ninguna de sus expectativas. Nos tenemos que contentar con destellos de lo que podría haber sido (el niño encontrando una huella gigante ensangrentada bajo unos renos mutilados, tapando la casilla del día 24 en el calendario de adviento ante el miedo de lo que se avecina...) y la presencia del chaval protagonista, el único de todo el reparto que tiene carisma, aunque sea por verlo llevando una escopeta más grande que él.
En resumen una película basada en un corto que era bastante más entretenido y graciosos que su teórica puesta de largo.

"2010: Festival de Sitges: Mejor película, director y fotografía". Con esta presentación, habrá que verla, pensaba yo ingenuo de mí. Pero solamente es otro film más con buena factura técnica que nos venden como "bueno". La gente tiene la costumbre de tirar el dinero en hacer películas malas, intentando engañar y estafar al público, y lo consiguen, viendo las críticas que aquí aparecen. La película es aburrida, infantil, tonta y te deja con la sensación de que has perdido el tiempo. Menuda mierda.

Ante todo hay que decir que la sinopsis de la película puede llevar a una idea incorrecta. No trata de una empresa que se dedica a capturar seres extraños por encargo (es, el corto en que se basa, el que trata de eso), por tanto que nadie se espere esa historia, sino una acerca de Santa Claus y de que tal vez no fuera como la Coca Cola nos lo ha presentado, sino algo muy distinto.

En cuanto a la película hay que destacar la originalidad de la historia, que si bien se podía haber resulto de diversas maneras incluso optando por caminos mucho más oscuros, tiende desde una historia de terror hacia un cierto humor negro/gris en su parte final. Seguramente se le podría haber sacado mucho más jugo y en el tramo anterior al final se podría haber continuado con el tono previo, pero se giró a ese tono que, como ya se ha señalado, tiene un regusto a películas como los Goonies. La presunta previsibilidad de la historia se evita con algún giro que mantiene el interés.

Una película para ver una tarde de invierno aunque sólo sea por lo original de la idea.

En Sitges lo tuvieron claro, por lo que esta pequeña maravilla recibió el premio a la mejor película, director y fotografía. Quizás sea esta la primera película finlandesa que he visto en toda mi vida, y vaya manera de sorprenderme. Surgida a raíz del éxito de dos cortometrajes (de versión obligada y disponibles en Youtube), Jalmari Helander nos ha regalado una fascinante, divertida y cruel relectura de Santa Claus. Con una duración perfecta (75 minutos), una soberbia fotografía e interpretación de todo su elenco y, sobre todo, un fascinante virtuosismo visual tras la cámara, nos encontramos ante el principio de una más que prometedora carrera en el cine de género fantaterrorífico. ¿Y si Santa Claus no fuera ese gordinflón adorable amante de los niños? ¿Y si en lugar de darles regalos, los azotara hasta hacerlos sangrar para luego devorarlos? Para saberlo, "Rare Exports: A Christmas Tale".

¿Qué decir de la galardonada como mejor película, mejor director y fotografía del pasado festival de Sitges 2010?

No me voy a explayar mucho en el argumento porque al ser considerada un cuento para niños adultos no quiero desvelar posibles spoilers. Por lo que mejor verla sin tener mucha idea de lo que se cuece. La historia gira en torno a un niño de diez años, Pietari, y su padre Rauno al descubrir una extraña excavación realizada por un grupo de científicos en una montaña cercana a su casa. Faltando escasos días para el día de Navidad, el Norte de Finlandia descubrirá la verdadera naturaleza de Santa Claus contrastando completamente con lo que se cree actualmente.

Aunque en principio se podría pensar que “Rare Exports: A Christmas Tale” es una película de terror, la verdad es muy diferente. Este film no es más que un cuento de fantasía para niños y para no tan niños. Debajo de lo oscuro y diabólico que camufla la leyenda, este largometraje mezcla perfectamente la madurez con la naturaleza infantil de un niño curioso e inocente.

Por un lado, la película comienza un tanto lenta. Lo interesante puede que se convierta en algo aburrido. Mientras tanto uno va deleitándose con la espectacular fotografía y con el humilde y lugareño estilo de vida de las pequeñas aldeas que viven de la caza. Sin embargo, en un momento dado todo se ilumina y la película muestra un giro inesperado que pocos esperan. La trama se convierte en una elocuente inquietud por lo desconocido y regala al espectador momentos de suspense salpicados de toques de humor. Detalles de su fórmula:

- En primer lugar, la película corresponde al estreno como director de Jalmari Helander. Siendo un novato no es fácil colarse en un festival de renombre como el de Sitges consiguiendo tanto éxito con una película de fantasía proveniente de un corto previo que realizó. La mayor parte de largometrajes creados a partir de cortometraje anterior terminan fracasando. Rare Exports, no.

- Su fotografía y guión son joyas cinematográficas, le pese a quien le pese.

- Su originalidad hace mella en cualquiera que sepa apreciar el cine fantástico.

Disfrutad porque es una película que nadie debería perderse y así, despertáis un poco la fantasía que todos llevamos dentro, que nunca viene de más.