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Harold y Maude

Comedia. Drama Aclamada comedia negra que relata la historia de un joven de buena familia obsesionado con la muerte, hasta el punto de que su pasatiempo favorito es probar diferentes métodos de suicidio. Obtuvo excelentes críticas. (FILMAFFINITY)
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Críticas 69
Críticas ordenadas por utilidad
6 de octubre de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si existe una afirmación que corroboro día a día es que la década de los 70 fue el mejor episodio de la historia del cine. El alarde de libertad de contenido, de expresión y de valentía igualmente en el aspecto formal no ha tenido parangón con ningún otro momento histórico cinéfilo. Sea en dramas, thrillers o, como en el caso que ahora me ocupa, en una comedia negra (negrísima) como “Harold y Maude” de Hal Ashby. Porque parece increíble que en 1971 se estrenara este llamamiento ácrata contra todo sistema establecido que hoy día resultaría absolutamente imposible de estrenar porque hemos perdido toda la libertad entonces conquistada en el mundo de la cultura. En la actualidad se hubiera prohibido y los cines quemados si alguien se hubiera atrevido a estrenarla.

Una pequeña gran película que, en tono absolutamente cómico, habla de cosas muy serias al narrarnos la adolescencia de Harold, un niño rico que lo tiene todo, habita con su posesiva y dictadora madre en una mansión impresionante pero que vive obsesionado con el suicidio y la muerte. Sus (falsos) intentos de suicidio son constantes y su madre no sabe ya qué hacer con él. Harold se ha comprado un coche fúnebre para desplazarse a todos y cada uno de los funerales y entierros que hay por la zona, porque se trata de su diversión favorita.

En uno de ellos coincide con una señora de 80 años, Maude, que parece no estar en sus cabales, que desafía a toda autoridad existente y no respeta la propiedad privada, y que se convierte en su compañera de aventuras y en una creadora continua de líos por su capacidad innata para desafiar todo poder, límite o prejuicio establecido.

La dirección de Hal Ashby es gozosamente setentera hasta decir basta; el guión de Colin Higgins es un bofetón contra el sistema capitalista-optimista establecido colosal y las canciones de Cat Stevens, como telón de fondo de la trama y a ratos como protagonistas de la cinta, son fantásticas.

Unas interpretaciones tan extremas e increíbles tienen que estar en manos de auténticos maestros de la interpretación y, justo en eso, el joven Bud Cort y la veterana Ruth Gordon resultan espléndidos.

Y la cinta reparte palos a diestro y siniestro y no deja institución sin mancillar, desde la familia hasta el ejército, pasando por la religión o la psicología. Una maravillosa gamberrada setentera.
Sergio Berbel
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12 de abril de 2016
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que podría haber sido buena (la idea es original: un niño cuyo hobby es acumular intentos de suicidio) acaba siendo agotadora, cargante, cursi, insoportable, irritante, molesta... cargada de lugares comunes y frases escogidas de cualquier predicador del más sureño de los estados. Al final las preguntas a las que te lleva la película son tan incómodas que preferirías no haberla visto (¡ATENCIÓN SPOILER!): ¿por qué ese pobre niño rico que parece no haber superado la mayoría de edad acaba acostándose con una mujer octogenaria?, ¿por qué los más inteligentes y lúcidos del film acaban siendo justamente tres de las figuras más tóxicas y retrógradas -el psicoanalista, el cura y el militar- que son los únicos que le recomiendan al insulso niño que se deje de hacer el gilipollas con señoras en edad vegetativa? y lo más importante ¿por qué no acaba tirándose también él por ese precioso acantilado -que es posiblemente lo mejor de la película- y nos quedamos todos satisfechos y en paz de que esas dos almas y su amor sin parangón sean para siempre eternos? Muchas preguntas y muy pocas respuestas en un film altamente edulcorado, con una banda sonora en la que la misma canción no cesa de sonar durante hora y media y en donde acabamos por desconocer qué razón había para escribir tanta tontería a modo de carpie diem absurdo.
clarice éte
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26 de junio de 2023
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"Harold & Maude" es una de esas películas que desafía convenciones y se adentra en los rincones más oscuros y luminosos del alma humana. Bajo la dirección magistral de Hal Ashby, esta obra maestra cinematográfica despliega una narrativa cautivadora y una exploración profunda de la vida, la muerte y la búsqueda del significado en un mundo aparentemente absurdo.

El título en sí mismo, "Harold & Maude", evoca una unión improbable, un encuentro entre dos almas que, a simple vista, parecen existir en polos opuestos del espectro generacional. Sin embargo, a medida que nos adentramos en la historia, descubrimos una conexión profunda y conmovedora entre Harold, el joven alienado y obsesionado con la muerte, y Maude, la excéntrica y libre de espíritu que vive cada día como si fuera el último.

En esta película, el autor nos sumerge en un mundo que desafía las normas y estereotipos establecidos. Nos presenta personajes que desafían la autoridad y la conformidad social, llevándonos a reflexionar sobre nuestras propias vidas y las restricciones autoimpuestas que nos limitan.

El guion, escrito por Colin Higgins, está impregnado de diálogos inteligentes y llenos de humor negro, creando momentos de genuina hilaridad y también de una melancolía que nos toca el corazón. La brillantez de Ruth Gordon y Bud Cort en los papeles principales es indiscutible. Gordon personifica a Maude con una alegría y sabiduría desbordantes, mientras que Cort encarna a Harold con una mezcla única de vulnerabilidad y rebeldía.

La dirección de Hal Ashby es exquisita. Cada encuadre, cada elección estética, nos sumerge en un mundo surrealista y, a la vez, profundamente humano. La música de Cat Stevens, que se funde con la narrativa de la película, añade una capa adicional de emotividad y conexión con los personajes.

En última instancia, "Harold & Maude" es un recordatorio conmovedor de la fragilidad y la belleza de la existencia. Nos desafía a cuestionar nuestras propias creencias y a abrazar la vida en su plenitud, sin importar cuánto tiempo tengamos en este mundo. Es una película que nos invita a romper las cadenas de la conformidad y a vivir auténticamente, abrazando la excentricidad y la pasión que arde en nuestros corazones.

En definitiva, "Harold & Maude" merece un 10 por su impacto duradero, su audacia narrativa y su poderoso mensaje de amor, vida y autenticidad. Es una joya cinematográfica que ilumina nuestros corazones y nos incita a abrazar la vida con valentía y pasión desenfrenada.
Zydrunas
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9 de febrero de 2024
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"Harold y Maude" es una comedia negra ingeniosa y una sátira social que destaca por su historia de amor insólita. La trama se enfoca en Harold, un joven introvertido y apático con pocas ganas de vivir, y Maude, su polo opuesto, una mujer vitalista, optimista e idealista.

La interpretación de Ruth Gordon como Maude, que previamente ganó un Oscar por su papel secundario en "La Semilla del Diablo", es destacable. Por otro lado, Bud Cort, descubierto por Robert Altman, da vida a Harold, cuya carrera cinematográfica se vio truncada en 1979 debido a un accidente de tráfico que lo desfiguró.

La película aborda temas profundos y controvertidos de los años 70 a través de su valiente guion. Se alza como una crítica a la guerra de Vietnam y a los nihilistas de esa década. Además, cuestiona las familias acomodadas en lujosas mansiones, el clero y otros aspectos arraigados en la sociedad de la época.

La combinación de un excelente e ingenioso guion, magníficas actuaciones y una banda sonora inolvidable, en la que destacan las contribuciones de Cat Stevens y canciones especialmente creadas para la película, como la pegajosa "If you want to sign out, sign out", hacen de "Harold y Maude" una obra cinematográfica que perdurará en mi memoria, sobretodo, por tratarse de un producto distinto al habitual, una perspectiva única y crítica de los valores de su tiempo.
Alberto M Laguía
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30 de diciembre de 2013
13 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Nihilista es la persona que no se inclina ante ninguna autoridad, que no acepta ningún principio como artículo de fe". Pues bien, la protagonista de esta película le aconseja al jóven Harold desde su experiencia que no se ajuste a la moral, que viva la vida "libremente". Así, le muestra como no respetar las normas de tránsito, como robar autos, camionetas, incluso la motocicleta de un policía. Pero ama la naturaleza, planta un árbol y dice que no habla con Dios sino con "la vida". Este panfleto de una pseudofilosofía totalmente vacía de contenido (una especie de New Age), se presenta adornado con el ropaje de una abuela divertida y simpática en contraste con una madre estructurada y rígida. Sin embargo, tenemos que reconocer que tanto el director de la película como la protagonista terminan demostrando cómo esta aparentemente "divertida" y "desestructurada" forma de ser sólo puede llevar al vacío existencial con todas sus consecuencias: la "dicharachera" Maude que aparentemente goza tanto de la vida termina acabando con ella mediante el suicidio. Y el director que nos intenta con "aparente" inocencia endosar este "nihilista" mensaje pasó los últimos años de su vida atormentado por el alcohol y las drogas que es otra forma de "esclavitud". En lo estrictamente técnico, la película no es ningún dechado de virtudes salvo la pegadiza música de Cat Stevens. Totalmente prescindible.
HUSTON
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