Mi Pequeño Pony: La magia de la amistad (Serie de TV)

Recomendaría el visionado de esta serie a todos aquellos que alguna vez hayan disfrutado de los dibujos animados. Si sois capaces de dejar a un lado prejuicios y complejos, descubriréis algo único, muy especial, divertido y (sobre todo) entrañable.

Ideal para toda clase de público, tanto adulto como infantil. Inocente sin llegar a insultar la inteligencia del espectador y bonita sin llegar a empalagar, FiM supone el retorno de un estilo de serie perdido hace ya mucho tiempo y que, combinado con elementos narrativos mucho más actuales, consigue desmarcarse del humor absurdo que inunda el género a día de hoy.

Un clásico instantáneo que rompe con todos los tópicos habidos y por haber, empezando por aquellos asociados a la franquicia en la que se basa.

Esta serie de animación es muy buena. Aunque a priori pueda echar para atrás, debido a su estética y precedentes (los cuales son de dudosa calidad), tras el visionado de unos cuantos capítulos podemos descubrir que la serie está bien planteada y que no es tan infantil como cabría esperar. Y digo unos cuantos capítulos porque viendo sólo uno no se puede apreciar realmente lo que estos dibujos ofrecen, que es humor y aventuras aptas para todos los públicos.

Sin embargo, hay que verla en versión original sí o sí. A España nos ha llegado un doblaje pésimo, que le hace perder toda la personalidad a la serie, teniendo todas las ponies voces parecidas e infantiles. En inglés, cada pony tiene una voz muy característica que refleja su personalidad a la perfección, y que es gran parte del mérito y la gracia de la serie. Por si esto fuera poco, nos la han colocado en un canal puramente infantil, que no ayuda en absoluto a que los espectadores puedan dejar de lado sus prejuicios y atreverse a verla.

Como curiosidad, decir que en América es tremendamente popular desde su estreno, que hay una cantidad de fandom brutal (fanfics, comics, parodias, juegos, etc. hechos por fans), y que la mayor parte de su público son varones de 12 a 35 años.

Cuando empecé a notar que los ponis empezaban a invadir las webs que usualmente veía, quería comprender por qué era famosa de primera mano (mirando previamente otras críticas). He visto toda la primera temporada, parte de la segunda y casi toda la tercera; mas, las únicas conclusiones que he sacado al respecto fueron que la gente encuentra razones de idolatrar una serie de la nada.

Si queréis una opinión sincera, no he captado el humor empleado, y algunas veces, mientras veía un episodio me daba por parar de verlo en ese mismo instante. Todas las razones que exponían aquellos críticos por las que justificaban su fama fueron inválidas para mi criterio.

No obstante, tengo que reconocer que es una serie que no enseña nada malo a los niños, al contrario que otras series que merecen mi infinito desprecio. Por ser una serie que contribuye al regocijo sin promocionar las compras compulsivas, merece mi piedad.

A continuación, expondré más razones.

A mí me gusta ver series infantiles, mientras no traten al público como verdadero retrasado mental y no sean insufribles. Últimamente ha habido un puñado de buenas series occidentales animadas que han causado mucho ruido… pero cuando escuché de My Little Pony: FiM jamás esperé que me atreviera a verla.

Esta serie infantil diseñada para “niñas”, es una de las cosas que jamás espere ver y disfrutar, en primera porque sus antecedentes de otras temporadas ya habían dejado marca (serie exclusivamente para niñas). La vi escéptico los primero capítulos y realmente es buena (no es obra maestra, pero funciona bien). No hablaré del fenómeno "brony", hablaré solo de la serie.

Lo que me sorprendió es que cuenta con un guión bien armado, no son las típicas historias que te cuentan más del 1000 veces en otras series de animación, aquí las dosis de humor están bien trabajadas y están en el momento justo, los diálogos y las situaciones no te provocan bochorno (algo vital en una serie), o en otras palabras: tratan con inteligencia al espectador. Otras series infantiles pecan por ausencia de este vital elemento. Los creadores de esta nueva serie se percataron de ello, no querían una serie meramente infantil, sino más bien una serie disfrutable para la mayoría. Un elemento clave: las lecciones de moralidad o ética aunque son muchas veces visibles desde el principio, el cómo te lo cuentan hasta como lo resuelven es simplemente excelente. Muchos corren y le hacen el feo a estas caricaturas didácticas, pero aquí aunque las exponen con un dialogo que lo expresa siempre casi al final del episodio, no te molesta tanto.

Sus personajes están bien definidos; con sus características, virtudes y vicios. Algo fundamental en una serie, película o novela que se respete es llevar sus personajes al extremo: los sitúan en momentos que los ponen a prueba en todo momento (física o mentalmente), y como tienen el privilegio de ser caricaturas el simple universo hace el resto. Incluso hay capítulos donde sus personajes se comportan demasiado neuróticos o desquiciados, hasta el público mayor se pregunta si realmente es una serie dirigida a un público infantil.

El diseño de la animación también es un punto fuerte, los hicieron más sencillos y suprimieron gran parte del elemento femenino, y aunque sus personajes sean hembras o mujeres (como quieran) no estas mirando estereotipos molestos ni insufribles (los tienen, pero están bien ocultos). Y sí, rompe con muchos paradigmas y conceptos sobre el género y considerando los tiempos modernos no pudo haber caído en el mejor momento.

La serie es buena, a veces los momentos incómodos son inevitables (los temas musicales por ejemplo, aunque para muchos es otro punto fuerte), pero si quieres pasar un buen rato, esta serie te sacará buenas dosis de humor.

Punto a favor a las excelentes voces que dan vida a todos los ponis.

Entiendo perfectamente cualquier prejuicio que se pueda tener en contra de esta fantabulosa serie: parece una serie infantil, dirigida a un público mayoritariamente femenino. Pues no es así. La creadora decidió redimir a una serie que originariamente era de este modo. Tuvo la genial propuesta de hacer de esta serie un entretenimiento apto para adultos.
Su objetivo era que los padres que se vieran obligados a verla no estuviesen deseando pegarse un tiro y os aseguro que lo ha conseguido.

En un mundo en el que conviven ponys, unicornios y pegasos se nos presenta a un grupo de amigas que en cada capítulo se enfrentan a una situación cotidiana que tendrá una moraleja al final del episodio. Hasta aquí nada nuevo y sigue pareciendo cursi.

Lo que verdaderamente me fascina es que está el mensaje que captan los pequeños y el que captan los mayores, a veces es el mismo y a veces no, pero la profundidad y trascendencia de la enseñanza que quieren transmitir solo es apreciable por un adulto.


En resumen, es una serie muy divertida y educativa. Tanto es así que ha surgido una comunidad que adora esta serie y está formada por todos aquellos adultos que vieron aquí algo más de lo que sus prejuicios y sentimientos de hombría les permitían ver. Madres y padres, tenéis suerte si os obligan a ver esto.