Gimme the Loot

Con muy bajo presupuesto y una factura algo amateur, "Gimme the loot" cuenta el día a día de dos adolescentes grafiteros negros en la ciudad de Nueva York, persiguiendo el sueño de realizar un graffiti donde nunca antes lo consiguió nadie: en la manzana gigante que aparece en el estadio de los Mets cuando estos consiguen anotar una carrera.

Su odisea está llena de dificultades y momentos tensos, pero también de otros tantos íntimos y emotivos entre los personajes. Para contar esta aventura la película ofrece un saludable desparpajo en los fresquísimos diálogos, beneficiándose para esto de la innegable naturalidad y química entre los dos protagonistas.

No es una gran película, pero se deja ver muy bien y aprovecha al máximo sus modestos recursos, lo cual ayuda también a empatizar con el espectador.

Avalada por el premio conseguido en South by Southwest llega al festival de Gijón una película arriesgada, muy exclusivista y que no será del gusto de todos, que retrata la juventud neoyorkina apartada del perfil que nos muestran en teleseries y pelis de adolescentes pajilleros. Aquí, el graffiti es un arte y una forma de vida y el amor, lejos de ser un amor loco adolescente, tiene unos cimientos sólidos y comprometidos. Ella y El pintan juntos. Ella le ama, en secreto. Un día descubren que su última obra juntos, que para ambos significa cosas distintas, ha sido destrozadas, por lo que toman una decisión arriesgada en la que Él trata de conseguir ligar con una it girl mientras ella ve lo fácil de la pérdida y lo volátil de lo platónico.
Sencilla, interesante e íntegra, es una gran apuesta por un cine independiente de veras.
Un gustazo.
Crítica completa en el boletín del festival.