Amelia

Si esperais encontrar esa dosis de aventura que el gran James Stewart nos ofreció en "El esprítitu de St. Louis", o esa imponente grandeza del hombre frente a los retos de la naturaleza, esta no es vuestra película.

Si buscais algo parecido a "Pretty woman" pero con los protagonistas cambiados (ella es la famosa e irresistible heroína y él un chico que busca un sueño inalcanzable) siento decepcionaros ya que esta tampoco es vuestra película.

Si sois poco exigentes. Si os gusta la aviación y os interesaría conocer la cara más hollywoodiense de la vida de la piloto Amelia Earhart. Si sois "fans" del guaperas Gere o apasionados cinéfilos seguidores de la camaleónica Hilary Swank, puede que quizás esta si sea vuestra película.

A su favor diré que la ambientación de la época es correcta. Que las interpretaciones tambien son correctas, aunque no las esperadas de las estrellas del calibre de Swank o McGregor. Y que el final, ¡si el final!, es lo mejor de todo.

Lo mejor:
- El final. La heroína es real y humana y, por lo tanto, comete errores.
- La ambientación y los decorados.

Lo peor:
- Es una retaila de pruebas aéreas superadas sin ton ni son.
- Un terrible montaje por parte de la directora. Parece una principianta.
- Los diálogos. Vacios y huecos. Jamás conectan con los sentimientos del espectador.
- El affair entre la Swank y Gere tiene menos química que mi Quimicefa.

Tras ver la película, he salido de la sala tal y como he entrado.
Nada me ha parecido reseñable, nada destacable.
Como mucho, y haciendo un gran esfuerzo, puedo ver un acercamiento al espíritu de una mujer libre y emprendedora, pero ni siquiera en ese aspecto la película ha conseguido dejarme huella alguna.
La historia de amor comienza de un modo totalmente superficial.
Los vuelos que hicieron legendaria a Amelia Earhart son reflejados de un modo tan breve, que parece que al director le costó un gran esfuerzo hacer la película, y estuvo más preocupado por terminarla, que por hacerla bien.
Ni siquiera la presencia de dos nombres como Hilary Swank o Richard Gere consiguen quitar la sensación de que es una película cuyo argumento daba para mucho más.

Para terminar, sólo diré que lo mejor del tiempo que pasé en la sala fue...
El trailer de "Avatar", lo nuevo de James Cameron, que veremos la semana antes de Navidad.

Lo siento, señorita Earhart, se merecía usted algo mejor...

Película carente de interés y atractivo, por su guión, que hace que su desarrollo y trama decaigan durante su visionado, y aunque al final mejora, pero solo es una distracción emocional y un espectáculo pseudo-romántico, que el espectador no puede ingerir por exceso de excreción acumulada durante su visionado.

Aunque tiene sus defectos, estos son subyugados bajo la magistral y notable fotografía de Stuart Dryburgh tanto el vestuario, como los diferentes escenarios que nos muestran durante su desarrollo, junto al buen hacer, y las tablas que dan los años, de las interpretaciones, tanto de Swank como de Gere, que intentan reflotar el decrépito guión, pero no con mucho éxito de este film biográfico.

En Wikipedia hubiera obtenido mayor y mejor información de esta grandiosa y heroica aviadora llamada Amelia Earhart.

Vacua, sin sentido, vacia y estúpidamente simple.
Me resultó aburrida, demasiado larga, sin contenido y hay que destacar que los guionistas trabajaron menos que el endocrino de Falete...
La interpretación de Richard Gere es horrible, y la pobre Hillary ha metido la pata aceptando este pedazo de bodrio.
No se la recomiendo a nadie con cierto gusto por el cine ni por su tiempo libre, ya que yo malgasté más de hora y media en ver "esto".

p.d: mi novio se quedó dormido y yo estuve pensando en mis exámenes...

Cuéntase aquí la historia de una trepadora, cuya única ambición en la vida era volar, vaya uno a saber por qué desequilibrio emocional. Digo trepadora porque para conseguir su objetivo no trepidó en meterse en la cama y luego en la mansión de un señor muy adinerado o con muy buenos contactos, o muy hábil para hacer dinero, no sé, ni me interesa profundizar en el asunto, con el que acometió matrimonio. Una vez conseguido el respaldo económico -para lo cual no dudó en embaucar a un país ingenuo para comprar ese tipo de historietas heroicas de cruces oceánicos, haciéndose pasar por comandante cuando en realidad era menos que azafata de los dos pilotos que renunciaron por contrato a los honores del caso- se dedicó a dar mas vueltas por el aire, hacer mas cruces de océanos, correr carreras de aviones y varias sandeces más que parece ser que a los yanquis y a gran parte del mundo occidental y cristiano les generaba gran emoción e idolatría. La protagonista de este cuento se llamaba Amelia, y no dudaba cuando sus hormonas se lo requerían, de adornar con profusa cornamenta a su marido el sponsorizador. Toda esta novela está maquillada, realzada y edulcorada de una manera tan vil como no he visto yo jamás en estas últimas décadas. Plagada de diálogos propios de Corín Tellado o del peor teledramón de la hora de la siesta. Con imágenes sacadas de los mas pedorros PowerPoints que pueda uno recibir en su casilla de correo. Y quisiera seguir contando, pero no puedo, acabo muy recientemente de digerir este engendro y.. berp.. no quiero seguir repitiéndolo.. Un antiácido por favorrr...