Bonita y complicada historia de amor atemporal, la que protagonizan Brad Pitt y Cate Blanchett en esta película dirigida con maestría por David Fincher (y basada a su vez en un relato de Francis Scott Fitzgerald), de corte clásico, ritmo pausado, realizada con mucho esmero y cuidado (es impresionante ver cómo cambia la caracterización del personaje interpretado por Brad Pitt con el paso del tiempo), en la que además de describirse una relación amorosa bastante inverosímil, se nos habla también de la vida, la muerte, lo caprichoso del azar o destino, los recuerdos, las oportunidades perdidas, las que nunca se presentaron, etc.

Como única pega comentar tal vez que, debido a la gran duración de la película, la narración de la moribunda Daisy puede llegar a resultar un poco pesada en determinados momentos, sobre todo por ese característico y desagradable balbuceo agónico de quien se aproxima a la muerte. Considero que podría haberse empleado únicamente un gran flash-back presentado y despedido por el personaje anterior, pero sin la necesidad de estar volviendo continuamente al tiempo presente (a lo sumo un par de intervenciones más, lo justo para encariñarse con el personaje). Por lo demás, estamos ante un trabajo impecable, tanto desde el punto de vista de la dirección como en el plano interpretativo.

Moraleja: Vivida hacia delante o hacia atrás, la única cosa cierta en esta vida, desde el preciso instante en que nacemos, es que hemos de morir un día. Por tanto, más vale aprovechar el tiempo y vivir como nos decía Frank Sinatra en su canción...