"¿Cómo le voy a dar una medalla a un iraquí negro que se llama Sadam?", y entonces me partí el culo yo solo en la sala.

Esa frase dicha por el fiscal -blanco- del distrito de LA resume perfectamente la película. Y lo más gracioso a mi modo de entender, es que el cabroncete tiene razón. Porque no creo que el fiscal se negara a ponerle una medalla a nadie, pero sí a un tipo que:

a) no se integra
b) no se integra
c) no se integra

Y ENTONCES ME PREGUNTO YO: ¿POR QUÉ NO SE INTEGRA?

Y la película avanza, y luego tenemos un accidente de coche. Y resulta que si sale uno insultándote en chino en un país de habla inglesa cuando encima tiene la culpa, pues seguramente se oigan palabras que aludan a la raza, al país o a la religión de la persona que no se integra -seguramente por algún nazi malnacido-, hecho este poco probable si cada uno de nosotros que fuésemos a vivir a otro lugar del mundo nos olvidáramos hasta de nuestro nombre original y nos convirtiésemos en fotocopias de las personas que allí habitan. Pero claro... somos demasiado majetes para cambiar lo que somos sólo por dar un futuro mejor a nuestros hijos, y muchos pasan de la integración: "yo soy de los come cocido en Japón. ¿Sushi? quita, quita... qué asco... pescado crudo, no? Ay que ver estos enanos... yo soy español! con dos cojones..."

Rezo para que a Almodovar o al Aranoa de los huevos no les dé por realizar un crash en plan ibérico. Me los cortaría antes de poder visionar un solo fotograma.

CONCLUSIÓN: si vas a vivir a otro país, sobre todo si no coincide con el vuestro en nada, o te mimetizas con el entorno y olvidas tu pasado por respeto al lugar que te acoge, o no vayas porque seguirán realizando films como este que seguiran tocándome los co...nes. Hasta que la raza humana no mute hacia algo más elevado existe esta opción o la de quedarse en su tierra.

Crash posee un montaje excelente aunque durante la primera hora el espectador tiene serios problemas para ubicar a todos los personajes y situaciones. Los últimos quince minutos son sublimes. La escena del rescate del coche magistral. Matt Dillon es un actor cojonudo que se echó a perder. Sandra Bullock de pena, como siempre.