Es una película muy sobrevalorada y excesivamente premiada. Técnicamente está bien hecha, bien ambientada, etc, etc., pero el guión y la historia que cuenta, nos la sabemos todos o por lo menos el que escribe, la típica historia de pueblo pequeño, bueno, guay y rebelde que lucha contra otro pueblo grande, feo y malo, malo con ganas. El pueblo pequeño, bueno, guay y rebelde, cuenta con un individuo (éste individuo es más que humano, está entre Dios y el resto de mortales) que les sacará las castañas del fuego (William Wallace alias Mel Gibson), éste individuo con cara de palo (aunque al final hace otra cara, que ya les contaré al final de mi crítica en el spoiler) mata a los malos y libera a su pueblo y punto.
A ver ¿que hay de original en ésta película?, nada de nada, lo mismo de siempre, pero otras películas cuentan éste tipo de historias con más gracia y realismo, ésta película es sólo un lucimiento ególatra del director Mel Gibson, actualmente caído en desgracia (espero que solvente sus profundas dudas morales y éticas y se convierta en un ser más humilde y sencillo, que bien le irá).