Chillerama es una muy divertida película que homenajea con cierto esmero un tipo de producciones que jamás conseguirán quitarse su etiqueta de friki por más que lo intenten. Todas las historias son muy divertidas, en especial el Diario de Anna Frankestein, con un muy gracioso Hitler como protagonista.

El resto, es cierto que se basan demasiado en el caca-culo-pedo-pis pero tienen grandes momentos. Desde la destrucción que causa un espermatozoide gigante, el musical de pelo en pecho y cuero a lo Grease o la serie B en forma de zombie, todo forma un compendio de relatos muy gracioso y fácil de ver, aunque a veces se pasen de desagradables. Destaca también ese corto que no podemos disfrutar completo por motivos argumentales donde los excrementos son el rey.

Tan directa como divertida, y tan desagradable como cómica. Muchas veces se roza el absurdo y el mal gusto, pero se sobrepone el humor a todo ello. De esas producciones sinceras que se nota que todo el mundo ha disfrutado haciéndolas, y que se traslada al espectador en forma de buenas impresiones.