Si ya la idea principal que va detrás de la película es una grata sorpresa, lo es más ver como David Mackenzie la lleva a un terreno muy alejado de los sibaritas del cine.

Estamos ante una película distinta, que se presta al gafapastismo (con perdón) más extremo. Si se hubiera querido, se podría haber hecho de esto una producción que durara mucho más de lo que dura, y con un ritmo mucho más lento. Gracias a Dios el director decidió condensar todo a lo que importa, y uno tras otro se nos van dando golpes sin descanso alguno para que no caigamos en la monotonía y en el pedantismo que reina últimamente en cualquier película que pretende ser profunda.

Perfect Sense es sincera, es profunda porque su historia y su forma de contarlo lo es, y no necesita ponerse metafórica para despertar algo dentro de ti. Un claro ejemplo de entretenimiento y mensaje solapado de una manera magistral.

Como ya habréis podido adelantar, me gustó más la valentía de hacerla así que la propia película. Bueno, no es tan extremo, pero la verdad es que esperaba algo más difuso y me sorprendió muy gratamente. Eva Green no me llegó a gustar, Ewan McGregor sí, y los secundarios tienen un buen nivel. De todas formas hablar de cuestiones más técnicas como planos o interpretaciones es un poco rellenar la crítica de una película que se basa en su poderosa idea.

Mackenzie hace partícipe al espectador de lo que ocurre. Le otorga la pérdida de los sentidos como si de una atracción emocional de un parque de atracciones se tratara. Tampoco abusa mucho de los recursos, y evita situciones un tanto tópicas, lo cual es de agradecer. De hecho, una de las cosas que más poderosamente me llamó la atención es la forma tan sencilla en que los personajes superan sus mermas sensoriales. Se habitúan demasiado pronto a su nueva condición y por ello a veces te pierdes un poco temporalmente en la película. No sabes si ha pasado un mes, una semana o un día.

La película me hubiera gustado más de no ser por el final, demasiado inconcluso, demasiados posibles caminos para continuar la historia. Realmente la película empieza siendo una cosa, y acaba siendo esa misma cosa, no hay evolución alguna en ella, tan sólo un poco en la psicología de sus personajes. No es que me oponga a un final abierto, pero en esta ocasión me dejó con demasiadas preguntas sobre el futuro.

En cualquier caso, una gratificante experiencia. Para verla con todos los sentidos puestos.