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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Drama Suecia, mediados del siglo XIV. La Peste Negra asola Europa. Tras diez años de inútiles combates en las Cruzadas, el caballero sueco Antonius Blovk y su leal escudero regresan de Tierra Santa. Blovk es un hombre atormentado y lleno de dudas. En el camino se encuentra con la Muerte que lo reclama. Entonces él le propone jugar una partida de ajedrez, con la esperanza de obtener de Ella respuestas a las grandes cuestiones de la vida: la ... [+]
18 de abril de 2009
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Bergman que ha pasado a la historia del cine como el creador de personajes que buscan desesperadamente a dios y el propio sentido de la existencia. Un cine trascendental, de ribetes heroicos, esencial, de formas cuidadas, de puesta en escena teatral, de primeros planos, de angustias interiores reflejadas en ellos, de una fotografía pictórica, hermosa, desolada. El cine que equivale en pleno siglo XX a la tragedia griega, contada a través de personajes que están a caballo entre la realidad y la leyenda.

Un ritmo parsimonioso, que se detiene en la palabra exacta y en el matiz. Que transpira poesía y profundidad filosófica. Un cine que anhela iluminar en la oscuridad. Que no envejecerá, porque cinco minutos son suficientes para irritar a quien tiene prisa por las cuestiones efímeras, y una hora y media le sabe a poco para aquel que todavía reflexiona sobre los porqués de las cosas.

Un cine hecho a base de perfección y complicidades. Perfección técnica máxima, y complicidades actorales. El mismo equipo de siempre, actores del Dramaten con los que Bergman comparte el día a día profesional y angustias personales.

La muerte juega sus partidas. Las gana siempre, aunque aplaza momentáneamente el previsible resultado. En esos periodos de aplazamiento los hombres viven y se comportan en base a la bondad de sus almas y a factores exteriores. Las cartas parecen echadas, pero el libre albedrío es, tal vez, la última e imprevisible última carta, o última pieza del ajedrez. Respirar el aire fresco de un bosque al amanecer, escuchar una hermosa canción o contemplar la mirada de un niño pueden ser o momentos banales o acontecimientos extraordinarios e irrepetibles.

Una película que dejó una huella interior indeleble en toda una generación. Que sigue vive, poseedora de secretos eternos
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Paco Ortega
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