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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
5
Drama Historia dramática que recorre 12 años (2002-2013) de la vida de Mason (Ellar Coltrane) de los seis a los dieciocho. Durante este periodo, se producen todo tipo de cambios, mudanzas y controversias, relaciones que se tambalean, bodas, diferentes colegios, primeros amores, desilusiones y momentos maravillosos. Un viaje íntimo y basado en la euforia de la niñez, los sísmicos cambios de una familia moderna y el paso del tiempo. (FILMAFFINITY) [+]
1 de octubre de 2014
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cambiar algo para que todo siga igual. Diferente forma para el mismo contenido de siempre.
El rodaje en doce años da mayor verosimilitud a la historia, sí, pero eso, en cierto modo, es secundario. Lo importante es el contenido, el guion, la mirada, lo que se elige y lo que se descarta, qué se muestra y qué se esconde.
Son casi tres horas pero se hace difícil recordar algún momento de verdad o riesgo. La opción elegida es la papilla conocida; ese conglomerado aparente y molón que supuestamente reproduce lo que llamamos vida. Y que en realidad no es más que una representación gastada y abusada, ajada de tanto usarla; una serie de tristes tópicos repetidos y triturados hasta el delirio. Una imagen obvia y reluciente, amañada, adulterada y ablandada, sin casi aristas, envarada y precocinada. Como un anuncio estirado, mucho, con gente guapa y lleno de hitos (partido de beisbol, sabia charla del padre, espectáculo alcohólico, canción babosilla, sabia charla del padre, amor -chica guapa, por supuesto-, no amor, sabia charla del padre, y crecer, sí, creciendo sin parar); mil veces visto, si hasta sale la graduación. Y el mamoneo de los buenos chicos: Obama, Universidad, charla sobre sexo, Universidad...
Y de la realidad, de lo que late en el fondo, detrás de la comedia, de los gestos huecos, de toda la hipocresía y la civilización, lo que está al borde, lo que la atraviesa, penetra, recorre, todo lo subterráneo, lo escondido, no dicho, lo sórdido, lo deseado, lo otro, todo lo demás; nada, de eso cero. Sigue tapado, a buen recaudo. Y se supone que de eso va el Arte, el que va en serio, el que se la juega. De intentar decir algo de eso que no sabemos del todo y que es muy confuso y que casi nunca se dice. De eso se trata, de intentar decirlo. No de reproducir la mentira general, establecida, el pacto. No del discurso oficial, de los valores, de la norma, de eso ya tenemos suficiente, todos los días.
Sería, en el fondo, un discurso redundante y entregado sobre la normalidad. Entendida como los hechos cruciales/codificables que conforman una vida aceptable, utilizable, verificable, que pasa la criba de la corrección uniformadora.
Película enrollada, con padre enrollado, madre enrollada y problemas enrollados.
Como cuando el chaval habla de paranoias y programaciones. Así es la peli, con esa mirada pretendidamente alternativa, pero en realidad inane y consabida. Lo que hace el gesto de la diferencia para acabar siendo más igual todavía.
Suma de fotos bonitas. Eso es. No es casualidad la pasión del niño. Ni más ni menos. Como una canción melodiosa de los Beatles primeros; pegadiza, armónica y dulce. Pero... ni rastro del resto roto.
Y a pesar de tanta blandura, de tanta rendición, adocenamiento y mansedumbre, no está mal del todo. Y hasta tiene sus buenos momentos, el cambio grotesco del padre (de "revolucionario" a casado con Dios y las armas), la conversación estupenda con la niña de la bici, la trasformación en zangolotino (pasa de niño mono a atractivo y desnortado Frankenstein)...; en general los menos subrayados o significativos, los más aparentemente anodinos. Y maneja el material (cartas marcadas) con inteligencia, discreción y delicadeza. Ahorra excesos y utiliza valiosas elipsis. Pero evita profundidades comprometedoras.
De menos a más a menos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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