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Voto de princesadelguisante:
7
Drama. Aventuras Basada en la historia real de Aron Ralston, un intrépido montañero y escalador norteamericano que se hizo famoso porque en mayo de 2003, durante una escalada por los nada transitados cañones de Utah, sufrió una caída y quedó atrapado dentro de una profunda grieta. Tras varios días inmovilizado e incapaz de encontrar una solución alternativa, tuvo que tomar una dramática decisión. (FILMAFFINITY)
11 de enero de 2011
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Danny Boyle es uno de esos directores a los que no se les podrá achacar la falta de personalidad. A todos aquellos a los que les hayan atraído sus anteriores trabajos, esta es su película, porque lleva el gran sello de la casa: ese poderío visual, esa vivacidad en los planos y composiciones, el nerviosismo en la manera de narrar y la orgía sensorial, heredada o emparentada con los videoclips y especialmente con el mundo del skate. Para lograr esa chispa inconfundible cuenta, en primer lugar, con un frenético montaje, que elimina cualquier sensación estática consecuencia de la lamentable situación del personaje que no puede moverse durante 127 horas al tener su brazo aprisionado bajo una pesada roca, en segundo lugar, con una animada explosión de colores en una remarcable fotografía de Anthony Dod Mantle y, en tercer lugar, con una banda sonora bastante ecléctica y llamativa de A.R. Rahman, y que, más que acompañar la trama, la moldea a su voluntad, convirtiéndose en protagonista en diversas ocasiones (magnífico el comienzo y el final a cargo de Sigur Ros, así como la colaboración de Dido).
De lo anterior se deduce que nos encontramos con el Danny Boyle elevado a la enésima potencia, es decir, ese que hacía de las suyas en la criticada “La playa”, con momentos de videojuego incluidos, o en “Sunshine” con una parte final algo confusa, o con las secuencias más delirantes de “28 días después” o “Slumdog Millionaire”. Por ende, los que han salido escaldados de los ensayos postmodernos del británico, terminarán bastante decepcionados o descolocados con esta obra si no se someten sin remisión a las premisas visuales efectistas y algo alocadas y se dejan agarrar de la solapa desde unos títulos de crédito que ponen las cartas sobre la mesa, hasta un desenlace en el que acabaremos exhaustos y sin aliento.
Destacar la actuación de James Franco, que lleva sobre sus hombros la casi totalidad de la trama, aunque no toda a diferencia de Ryan Reynolds en “Buried”, y al que hay que elogiar el temple hasta en las escenas más conmovedoras, sin pasar la línea de la exageración en ningún momento, sino que consigue una interpretación contenida que sólo traspasa la pantalla exactamente en el momento en el que debe de hacerlo y, en ese momento, esos ojos vidriosos, esa mirada perdida hacia la esperanza del que está punto de ser vencido en la batalla, remueven de sus asientos hasta al espectador más apático.
Finalmente, para aquellos que están esperando ver la película sólo para echar el ojo al momento “gore” de la aventura, que tanto ha dado que hablar con rumores sobre desmayos en las salas de cine presuntos o verdaderos, no negaré que la tendencia es a apartar la vista ante el sufrimiento del alpinista, pero aún dirigiendo la mirada hacia la escabechina, un espectador medio que haya visto películas de terror o violentas de las de ahora, no sentirá tanto rechazo como se publicita.
Para los que quieran emociones extremas y un fuerte hálito de vida.
princesadelguisante
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