Una excelente serie pilotada por un soberbio Byrne.
No hay efectos especiales, ni tramas enredadas, ni disparos epilépticos. Pero esta serie tiene una tensión y una pasión que solo puede proporcionar la humanidad en su estado más puro.
Ver como un paciente cuenta su vida tan real como puede serlo la de uno mismo y como el psicólogo consigue llegar a los rincones donde el tratado no sabe o quiere llegar.
Planos que buscan el detalle y que sin una palabra transmiten todo lo necesario para recibir el mensaje al completo.
Una obra extremadamente recomendable para un público que busque algo más que acción sin limites o argumentos sencillos.