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Voto de LennyNero:
8
2004
Fruit Chan, Park Chan-wook ...
6,4
4.319
Terror
Película de terror compuesta por tres episodios, cada uno de ellos dirigido por un conocido director asiático. Dumpling (Hong Kong). A la señora Lee le resulta tan duro envejecer que acaba sumida en un grave depresión. Su desesperación es tal que está dispuesta a recurrir a cualquier método con tal de recuperar la juventud perdida. La solución parece tenerla Mai y sus especiales "dumplings", que, al parecer, tienen efectos milagrosos. ... [+]
29 de octubre de 2008
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque no sea norma escrita, suele ser habitual que las películas fragmentadas en diversas historias cortas o minifilms, acusen cierto grado de irregularidad. Sus propias características casi invitan a ello; diferentes directores, diferentes estilos. Y más, como en el caso que nos ocupa, cuando aparentemente no hay un nexo de unión argumental claro sino un intento de mostrar ejemplos de lo más interesante del cine oriental de terror del momento.
Precisamente este film sorprende por su capacidad de mantener el listón de calidad alto, ofreciendo tres estilos muy distintos de entender el cine de terror, sin que hayan altibajos demasiado marcados que lastren a todo el conjunto.
Así Fruit Chan opta por un estilo elegante y preciosista, con una fotografía y composición del ritmo que por momentos parece deudora de Wong Kar Wai, para narrar una escabrosa historia sobre el miedo a envejecer. Sín ahorrarse detalles escabrosos, el cineasta los sumerge en un ambiente de cotidianidad y deja que sean los demás sentidos los que creen la atmósfera necesaria para dejar un poso malsano. De hecho el trabajo con el sonido es una de las piezas básicas sobre las que se sustenta este trabajo, consiguiendo que el mero hecho de oir a alguien comer ya provoque náuseas.
Park Chan Wook, en cambio, apuesta por lo seguro, que no es otra cosa que volver a incidir sobre su tema favorito: la venganza. Para ello teje una historia metacinematográfica, un juego de espejos visualmente poderoso, donde a través de un montaje rápido y directo nos sumerge rapidamente en la situación. Jugando con la realidad y la ficción, su propuesta se basa en continuos puntos de giro sobre una puesta en escena muy teatralizada, con ecos de Lynch, que divierte y horroriza a partes iguales.
En cambio Miike prescinde de su habitual gusto por el exceso visual y nos ofrece un relato de corte intimista, casi dramático. No renuncia por ello a sus habituales obsesiones sobre el sexo y las relaciones familiares,pero con la salvedad de que esta vez no persigue el detalle violento, sino que busca un encuadre simple, despojado de artificios y que remite al homenaje que hizo Takeshi Kitano al teatro bunraku en "Dolls". (sigue en sopiler)
Precisamente este film sorprende por su capacidad de mantener el listón de calidad alto, ofreciendo tres estilos muy distintos de entender el cine de terror, sin que hayan altibajos demasiado marcados que lastren a todo el conjunto.
Así Fruit Chan opta por un estilo elegante y preciosista, con una fotografía y composición del ritmo que por momentos parece deudora de Wong Kar Wai, para narrar una escabrosa historia sobre el miedo a envejecer. Sín ahorrarse detalles escabrosos, el cineasta los sumerge en un ambiente de cotidianidad y deja que sean los demás sentidos los que creen la atmósfera necesaria para dejar un poso malsano. De hecho el trabajo con el sonido es una de las piezas básicas sobre las que se sustenta este trabajo, consiguiendo que el mero hecho de oir a alguien comer ya provoque náuseas.
Park Chan Wook, en cambio, apuesta por lo seguro, que no es otra cosa que volver a incidir sobre su tema favorito: la venganza. Para ello teje una historia metacinematográfica, un juego de espejos visualmente poderoso, donde a través de un montaje rápido y directo nos sumerge rapidamente en la situación. Jugando con la realidad y la ficción, su propuesta se basa en continuos puntos de giro sobre una puesta en escena muy teatralizada, con ecos de Lynch, que divierte y horroriza a partes iguales.
En cambio Miike prescinde de su habitual gusto por el exceso visual y nos ofrece un relato de corte intimista, casi dramático. No renuncia por ello a sus habituales obsesiones sobre el sexo y las relaciones familiares,pero con la salvedad de que esta vez no persigue el detalle violento, sino que busca un encuadre simple, despojado de artificios y que remite al homenaje que hizo Takeshi Kitano al teatro bunraku en "Dolls". (sigue en sopiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como comentaba anteriormente, el mayor problema del film reside en que estos capítulos, aparecen demasiado cortados, sin transición, como si fuera una colección de cortos montada en formato largometraje. Esta concepción del film es erronea no tanto por alterar el sentido del ritmo cinematográfico, sino porque distrae de un factor importante, que no es otro que descubrir que sí hay nexo de unión argumental. En el fondo, "Three....extremes", no es más que una composición sobre esa arma de destrucción masiva que puede resultar el amor excesivo, ya sea en su versión egoísta, familiar o convencional. Esta es pues una película perturbadora, y moralmente aleccionadora, una película que viene a demostrar que la línea entre el amor y el horror es más fina de lo imaginable y que, nos advierte, de los peligros de cruzarla.
Lo mejor: Su capacidad de generar atmósferas.
Lo peor: No haber buscado puntos de transición más inteligentes
Lo mejor: Su capacidad de generar atmósferas.
Lo peor: No haber buscado puntos de transición más inteligentes