Para los cinéfilos, John Landis es un director que no necesita presentación. No es que esté considerado como uno de los grandes clásicos, pero seguro que todos conocemos películas como la divertida Granujas a todo ritmo, la aterradora Un hombre lobo americano en Londres, las ingeniosas historias de En los límites de la realidad, el vídeo-clip Thriller de Michael Jackson o esta disparatada comedia titulada Desmadre americana, sobre la que todo el mundo coincide en una cosa: fue el origen del subgénero de las alocadas juergas universitarias, el cual tuvo una gran acogida en los ochenta, aunque a día de hoy está desgastado por completo.

La película basa su éxito tanto en el hábil guión de Harold Ramis (Los cazafantasmas, Una terapia peligrosa) como en las ocurrencias del interesante grupo de cómicos salidos del programa Saturday Night Live, con el que Landis contó para el film, quienes, en especial el inolvidable John Belushi, tenían en muchos momentos libertad para saltarse el guión y dar rienda suelta a sus extravagantes e inesperadas ideas.

El espíritu conferido a la obra en todo momento es el del gamberrismo puro y duro. Nunca se sale de él como en películas posteriores, que lo desvirtuan acercándose a la comedia romántica. El libreto se limita a narrar sucesivamente una serie de secuencias absolutamente hilarantes, dentro de una universidad privada estadounidense, orientado siempre al mismo propósito: provocar la carcajada en el espectador.

Muchos se tendrán a menos de calificar esta destartalada comedia de buena, pero se trata de un film que cuenta con una magnífica puesta en escena (Landis siempre ha destacado en este menester), una banda sonora de muy alta calidad (ritmos de Rock y Blues entre los que destaca la célebre Shout de The Isley Brothers) de ingeniosos actores que interpretan e incluso improvisan, como si de un escenario teatral se tratara (no como otros que se limitan a aprenderse los textos), precursora de otras muchas y, por si fuera poco, de una indudable capacidad para hacer reír a todo el que la ve. Por mi parte, creo que todo aquel aficionado al humor en particular y al cine en general, debería disfrutar de su visionado.