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Terror
Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el ... [+]
3 de diciembre de 2007
452 de 510 usuarios han encontrado esta crítica útil
Les contaré algo que me ocurrió viendo "Nosferatu".
Era una proyección universitaria, no cabía ni el aire. Hubo que pedir sillas de tijera, unas docenas, para que todos pudiesen ver la película.
La copia era en Super Ocho, sin música, con lo que se veía un cuadradito mínimo en la enorme pantalla y se escuchaba el zumbido característico del proyector. No había subtítulos, era una copia en alemán. No concibo peor forma de ver "Nosferatu".
Quizás por todo ello, desde que salió a escena el vampiro, aquella expectante multitud de universitarios comenzó a reirse. Un público de nivel cultural elevado, que había abarrotado la sala para ver una película muda alemana, se tronchaba cada vez que la heroína se estremecía, el héroe se horrorizaba y el no-muerto enseñaba sus uñas. Las apariciones de Nosferatu eran saludadas con carcajadas histéricas. La sala era una fiesta.
Pero al final ocurrió algo.
Era una proyección universitaria, no cabía ni el aire. Hubo que pedir sillas de tijera, unas docenas, para que todos pudiesen ver la película.
La copia era en Super Ocho, sin música, con lo que se veía un cuadradito mínimo en la enorme pantalla y se escuchaba el zumbido característico del proyector. No había subtítulos, era una copia en alemán. No concibo peor forma de ver "Nosferatu".
Quizás por todo ello, desde que salió a escena el vampiro, aquella expectante multitud de universitarios comenzó a reirse. Un público de nivel cultural elevado, que había abarrotado la sala para ver una película muda alemana, se tronchaba cada vez que la heroína se estremecía, el héroe se horrorizaba y el no-muerto enseñaba sus uñas. Las apariciones de Nosferatu eran saludadas con carcajadas histéricas. La sala era una fiesta.
Pero al final ocurrió algo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El héroe corría deseperadamente para salvar a su amada, en las garras de Nosferatu. Éste, a su vez, desangraba a la heroína, consciente de que debía parar antes de que amaneciera y se iluminara el dormitorio. Era una lucha contra el trazo del tiempo que marca la línea de la luz y de la sombra, la vida y la muerte. El vampiro está poseído por su propia pasión, el oficiante de la muerte siente lujuria por la vida que representa la sangre y ello le condena: finalmente el primer rayo de sol asoma por los tejados y le alcanza en pleno rostro. Ese levísimo y cotidiano prodigio basta para que el Señor de la Tinieblas se desvanezca, como las sombras desaparecen con la Luz. Es la imagen más pura jamás filmada, han pasado más de ochenta años desde que la rodó Murnau y aún no ha sido igualada.
En ese instante fue cuando ocurrió.
La sala se quedó en silencio. Juro que sucedió así. Después de hora y media de carcajada incontrolada, nadie pudo siquiera sonreir. En un ataque de inspiración, me volví y en la penumbra vi a todas esas personas que se habían corrido una juerga a costa del vampiro cabezón, las vi literalmente comiéndose la pantalla con los ojos. A la salida, volvieron las risas, los comentarios, todos se partían imitando al monstruo calvorota.
Ya no se acordaban, pero durante un instante -lo importante son los instantes- se habían emocionado. Eso es Cine.
En ese instante fue cuando ocurrió.
La sala se quedó en silencio. Juro que sucedió así. Después de hora y media de carcajada incontrolada, nadie pudo siquiera sonreir. En un ataque de inspiración, me volví y en la penumbra vi a todas esas personas que se habían corrido una juerga a costa del vampiro cabezón, las vi literalmente comiéndose la pantalla con los ojos. A la salida, volvieron las risas, los comentarios, todos se partían imitando al monstruo calvorota.
Ya no se acordaban, pero durante un instante -lo importante son los instantes- se habían emocionado. Eso es Cine.