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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
7
Drama. Comedia El protagonista (Nicolas Cage), un popular hombre del tiempo televisivo al que trasladan de Chicago a Nueva York, ve cómo su vida personal y familiar se desmorona. (FILMAFFINITY)
26 de agosto de 2007
35 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Que dirían algunos de un tipo como David Spritz? Que "mola", sin duda alguna, o eso es lo que se harta de oir el propio David por boca de desconocidos que, cuando no le tiran batidos o comida rápida, le piden autógrafos.
Sin embargo, la realidad es muy distinta, pues él es el hombre del tiempo y por mucho que algunos tengan ese afán en verle como algo que no es, Spritz es un tipo cuya familia está totalmente dividida entorno a su figura: Su mujer se separó de él y no quiere saber nada de volver a unirse sentimentalmente con David, su hija es fumadora y ninguna de las actividades que le propone su padre terminan de cuadrar en lo que ella busca, amen de que le sobran algunos kilos (cosa que le repite constantemente a David su padre), su hijo estaba en un programa de rehabilitación y, pese a ser el más comprensivo con su padre, también tiene sus problemas fuera de ese cerco y, en último lugar, su padre siempre se ha mostrado poco receptivo hacía su hijo, ya sea por sentirse decepcionado u otros menesteres, amen de que constantemente le da consejos para que eduque a sus hijos y que David no encaja como debería.
Vamos, lo que se dice el prototipo de familia perfecta americana.

En cambio, y aunque parezca que nada se alía con David, ni la suerte ni sus más allegados, no es así, pues es el mismo protagonista quien deshecha esos pequeños detalles que le muestran como un ser egocéntrico y, en ocasiones, involuntariamente egoista, esos pequeños detalles que le separan, le arrancan del resguardo de todas aquellas personas a las que aprecia o a las que le gustaría tener cerca.
Y puede que tras la rotura con su pareja, sea un tipo con mucho más tiempo para sus hijos, para prestarles atención, para mantenerse cerca de ellos... quizá más cerca de lo que nunca había estado cuando los tenía bajo su mismo techo.

Ello lo cuenta Verbinski con un fondo y una forma impecablemente trazados, mostrándonos esos diminutos detalles que hacen cada gesto y cada hecho de algo verdaderamente peculiar, así como único, y logrando trazar una línea que nos muestra a un tipo que debería tenerlo todo, pero en realidad no posee nada más que su propio esfuerzo por salir adelante y volver a recuperar el hilo que un día soltó.
Lo mejor quizá es que desaparece la etiqueta del típico o el tópico, aquí no los hay, aquí hay un personaje que actuaría como cualquiera de nosotros y cuya vida, ni mucho menos, está solucionada.

Y... ¡bueno, vale, coño! Lo admito, joder.... Nicolas Cage está bien. Sí, sí, bien, ¡YA LO HE DICHO! ¿Contentos? Sí sí, Cage traza un personaje al que le da los tintes apropiados cuando es necesario, y ese sarcasmo e ironía cuando trata con otro círculo de personas que sólo buscan sus aptitudes más superfluas. Bien por Cage, ¿ya? ¿podré seguir viviendo sin que me arrojen batidos por haberlo reconocido tras tanto rajar? Viviré con la incógnita supongo, o algún día llegaré con un manchurrón marrón a casa... que le vamos a hacer..
Grandine
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