Esta es la primera película suya que veo, sin contar El Hombre Elefante, que, creo, es la más "normal" que tiene. Pues bien, un sabio dijo ayer que Lynch es uno de esos directores que te encantan o que odias. Creo que a Terciopelo Azul le doy un seis porque hay una trama que seguir.

Hay una trama, con su intriga y su suspende, y numerosos momentos donde uno nota cierto hormigueo en el estómago. Pero ese clímax se ve interrumpido por eternos pasajes onanistas (sí, sí, onanistas). Los pequeños momentos oníricos me traen sin cuidado, pero que Lynch se masturbe en mi cara ya es otra cosa.
Pero, también hay que decirlo, en todo momento la película está bien rodada, haciendo un magnífico uso de la iluminación para crear una atmósfera que se vuelve progresivamente opresiva e inquietante. Por lo menos, te llega. Esas partes que no pegan ni con cola, te repelen o te fascinan (más de lo primero), aunque no vengan mucho a cuento. Y vale, que el cine nos permite explorar todos los campos de la imaginación, que hace que nada tenga barreras y blablabla... pues ayer no me apetecía ver introspecciones con el pretexto de que "el mundo es muy extraño". O quizá es que no me guste verlas.

La banda sonora, en todo momento, es importante para la atmósfera. Y hay cosas que parecen estar mal hechas a propósito, en especial los diálogos entre Laura Dern y Kyle MacLachlan. Cuando el segundo le enseña a la primera cómo caminan las gallinas y ésta dice "jajajaja, es muy interesante"; o cuando ella le dice a él: "Si viene, tocaré el claxon cuatro veces... así: una, dos, tres, cuatro", mientras mueve las manos como si tocase la bocina. En fin...

En esta página deberían corregir el apartado de PRODUCTORA, y en vez de poner a la Metro, poner "Heineken".