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Voto de Angie Banshee:
7
7,4
22.744
Drama. Thriller
El astrofísico americano David Sumner (Hoffman) se traslada a vivir al pueblo de su mujer, en Gran Bretaña. Es un hombre reservado y tímido que vive absorto en sus investigaciones y procura evitar cualquier disputa. Sin embargo, la violencia de ciertos individuos del pueblo llega a tal extremo que Sumner, situado entre la espada y la pared, reacciona con las mismas armas que sus agresores para defender a su mujer y su hogar... Obra ... [+]
9 de agosto de 2012
18 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película atrapa desde el principio, te sumerge en una atmósfera densa que huele a vileza, abyección, cerveza amarga y sudor rancio. La agresividad latente se puede masticar y augura un desenlace inequívocamente trágico. El ritmo es ágil, supongo que propiciado por un montaje –para unos, acertado, para otros, no tanto, según veo– que ofrece una sucesión rápida, casi violenta, de un plano tras otro. La cámara, además, juega con mucha habilidad. Todo va “in crescendo” y tú ya estás dentro de la historia antes siquiera de poder parpadear. La banda sonora es buena, si bien no siempre me parece que esté insertada de manera adecuada, vamos, que hay momentos de gran tensión en los que la música que acompaña invita a pensar en una campiña bucólica, y eso no me cuadra. No obstante, diría que, en general, “Perros de paja” destila maestría.
Con todo lo anteriormente dicho, y con la salvedad ocasional de la banda sonora, uno se preguntará: ¿y tras tanto halago, por qué racanear a la hora de puntuarla? Pues porque hay algunos puntos en los que la historia, a mi parecer, chirría. Para argumentarlo, creo que es mejor que pasemos al spoiler, donde hablaré de la “ira de los mansos” y de otras cuestiones que no me convencen, aunque no por este orden.
Con todo lo anteriormente dicho, y con la salvedad ocasional de la banda sonora, uno se preguntará: ¿y tras tanto halago, por qué racanear a la hora de puntuarla? Pues porque hay algunos puntos en los que la historia, a mi parecer, chirría. Para argumentarlo, creo que es mejor que pasemos al spoiler, donde hablaré de la “ira de los mansos” y de otras cuestiones que no me convencen, aunque no por este orden.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Empezaré con la escena de la violación doble que, de tanta ambigüedad, una llega a dudar de si es o no una violación. Ahora quiere, ahora no; ahora se defiende, ahora se deja; ahora le rechaza, ahora le acaricia apasionadamente; ahora sufre, ahora disfruta… ¿En qué quedamos? Da la sensación de que el director nos dice: “Que sí, que la violan, pero es que ella es un poco zorra y hasta le gusta”. Una violación es una violación, señores, y pocas ambigüedades caben en ello. Se trata de un acto horrible para la persona que lo sufre, al margen de si a la muchacha le gusta poner caliente al personal enseñando las bragas sin venir a cuento o paseándose en pelotas frente a una ventana donde se apostan un puñado de machos cargados de testosterona. Ser una calientapollas no justifica ser violada, por mucho que, en semejante contexto, sea una invitación a que ocurra algo semejante. Ni siquiera en el caso de que uno de los violadores sea un antiguo amante (¿y qué?, ¿eso da algún derecho o atenúa la situación?) Lo siento pero esto me huele a misoginia galopante, o tal vez a ignorancia.
De ahí pasamos a que ella acaba de ser violada, y él ni se entera. Digo yo que una mujer “recién violada” es una mujer rota, e imagino que debe ser muy difícil no derrumbarse ante el marido que acaba de llegar…
Y por último, la metamorfosis de él (que, por cierto, no sabe nada del tema de la violación), la llamada “ira de los mansos” a la que tanto hay que temer, pues cuando a un hombre pacato, tranquilo y apocado, se le lleva al límite, éste puede explotar y transformarse en una bomba que estalla y saca toda la presión contenida, sin racionalidad alguna. Dicha irracionalidad es la que convierte al manso en alguien tan peligroso, pues no piensa, sólo actúa, movido por un instinto animal que no mide consecuencias. Y eso es lo que no me cuadra en este manso, pues una vez ha explotado, sigue utilizando una mente fría capaz de crear estrategias con el objetivo de defenderse, por ejemplo, poner a calentar agua para utilizarla más tarde contra el enemigo. Yo acepto que el hombre pacífico se vuelva loco y arremeta contra todo, pero no que en semejante trance sea capaz de planificar sus actos.
Todo lo que expongo, a mi entender, convierte a esta película en una obra rodada con oficio y que, sin embargo, me resulta inverosímil.
De ahí pasamos a que ella acaba de ser violada, y él ni se entera. Digo yo que una mujer “recién violada” es una mujer rota, e imagino que debe ser muy difícil no derrumbarse ante el marido que acaba de llegar…
Y por último, la metamorfosis de él (que, por cierto, no sabe nada del tema de la violación), la llamada “ira de los mansos” a la que tanto hay que temer, pues cuando a un hombre pacato, tranquilo y apocado, se le lleva al límite, éste puede explotar y transformarse en una bomba que estalla y saca toda la presión contenida, sin racionalidad alguna. Dicha irracionalidad es la que convierte al manso en alguien tan peligroso, pues no piensa, sólo actúa, movido por un instinto animal que no mide consecuencias. Y eso es lo que no me cuadra en este manso, pues una vez ha explotado, sigue utilizando una mente fría capaz de crear estrategias con el objetivo de defenderse, por ejemplo, poner a calentar agua para utilizarla más tarde contra el enemigo. Yo acepto que el hombre pacífico se vuelva loco y arremeta contra todo, pero no que en semejante trance sea capaz de planificar sus actos.
Todo lo que expongo, a mi entender, convierte a esta película en una obra rodada con oficio y que, sin embargo, me resulta inverosímil.