El personaje secundario más carismático de la Marvel y con más seguidores entre el mundo friki y no friki del planeta tierra cumple en esta pésima obra realizada con el culo su más noble cometido: El tío mola. Un superhéroe que va en una moto que en vez de gasoil echa llamas por el culo... mola. Y que te fostie con una cadena de titanio, una chupa de cuero con pinchos y una calavera ardiente... me pone hasta a mí.

Lo malo es todo lo demás. Y es que ya a uno no le dejan ni relajarse para que se lo tome a risa. Después de las castañas de la última década y de reírnos sin parar de obras como Air Force One... pillarle el punto cómico al asunto cuesta lo suyo. Nicolas Cage... tío... que te pires!!! Que te enrole en uno de sus proyectos tu prima y ahógate en tu propio vómito cuando pilles una solitaria cogorza en la roulotte. Seguro que te lo agradezco. Pero si encarnas al Ghost Rider... pues me jode verte ahí. Que tu apellido cinematográfico sea Cage por Luke Cage (personaje de la Marvel) no te da ningún derecho a protagonizar ni al marciano más ortopédico que apareciera en la última viñeta del comic menos vendido de la casa de las ideas. Al paredón.

Y el arco argumental que nos ofrecen en el hasta ahora peor film sobre la Marvel es de juzgado de guardia. Como todos sabéis... la pibita esa que fue nuestro primer amor cuando teníamos 17 años... nos sigue esperando cuando ya hemos cumplido los cuarenta... y... bueno, que no sigo. Qué paso. Stan Lee... tío... imponte coño, que los creaste tú!!! Un colérico saludo.