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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
1
Terror Después de sufrir lo que ellos creen una serie de robos, una familia coloca cámaras de seguridad en toda la casa, descubriendo para su sorpresa un lado mucho más siniestro que los propios sucesos inquietantes que están viviendo... Secuela del gran e inesperado éxito del cine independiente "Paranormal Activity". (FILMAFFINITY)
7 de febrero de 2011
35 de 64 usuarios han encontrado esta crítica útil
[Esta crítica podría contener spoilers satánicos en un nivel de actividad… ‘sub-normal’]

• Sub-normal: por debajo de lo normal.

Estoy completamente harto de estas películas que hablan de demonios y los ponen tan mal. Para que me entiendan es como ir al cine a ver una película porno y que te pongan noventa minutos de señoras de ochenta años vestidas de monja que no se quitan el hábito ni un solo segundo. ¡Una vergüenza! Como sabrán soy miembro de su satánica antipostólica y miembro de la peña satánica getafense de la virgen invertida. He tenido que hacer ocho misas negras antes de escribir esta crítica para curarme del espanto que me ha producido “Subnormal Activity 2” debido a su alto índice ‘subnormal’: de presupuesto… sub-normal, de ideas… sub-sub-normal y de actuaciones, guión y todo lo demás… ¡sub-sub-sub-normal!

La película es la precuela de la exitosa y aburrida “Subnormal Activity” y se podría resumir en la historia de una chacha. Sí, ¿no se lo creen? Se lo explico. La chacha es despedida debido a las acciones del demonio ya que la entidad diabólica quiere quitarle el puesto de trabajo: juega y cuida del niño, abre y cierra los armarios, recoge las sartenes, cambia el filtro de la piscina, calienta el jacuzzi y abre las puertas para que se ventile esa casa cargada de tontería. Por supuesto, la despechada chacha despedida decide ‘expulsar’ al demonio… ¡para recuperar su trabajo! Podría contarles el peor y más aburrido exorcismo de la historia del cine pero si deciden verlo que sepan que es también a tono con la película: ¡Sub-normal!

El demonio es de bajo nivel (posiblemente ‘sub-normal’) ya que sólo sabe encender y apagar luces y dar algún portazo. Como mucho dice el nombre de alguien cuando es bien conocido que los demonios recitan en público la obra de Sánchez Dragó desde que están en la cuna. Los únicos inteligentes seres que habitan en la casa llevan pañales, son inmigrantes o van a cuatro patas. El demonio tira cacharros y acosa a una familia a sartenazos y altas horas de la madrugada pero en vez de llamar a la policía, para denunciar que un familiar de Michael Bolton está en casa, ponen cámaras para que les hagan un karaoke y se mofan de que la casa esté encantada.

Como satánico y experto en la materia les puedo indicar que efectivamente hacer pactos con demonios tiene consecuencias y que hay que hacer pagos tarde o temprano. Este tiene deudas pendientes pero no mete a la ASNEF a la familia ni la lleva juicio para arruinarla…, como haría cualquier entidad diabólica coherente, sino que dedica su tiempo a mover juguetes. Si el demonio quería al niño con una llamada a asuntos sociales hubiera bastado. Había tantas irregularidades en esa casa que a los diez minutos les hubieran quitado la custodia y nos hubieran librado de tanta y aburrida necedad.
Maldito Bastardo
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