Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Lucas Liz:
5
Thriller. Acción. Drama. Cine negro Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
1 de junio de 2012
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es rara, pero loable, aunque no santificable. De ritmo extremadamente lento dentro de la vivencia rápida. Violenta en el seno de la calma que le concede ese ritmo de quinientas revoluciones en motor de gasolina. Crispada en emociones desde la casi insensibilidad. Una cinta verdaderamente atrevida con una apuesta clara: transmitir desde el propio vacío que crea, lo que en ocasiones es duro, complejo y difícil de sobrellevar.
La cinta comienza en esas bajas revoluciones, en un ralentí descriptivo de personajes que tiene efecto somnífero y en cierta medida puede alejar al espectador, el cual es fácil que decida desengancharse por completo de la historia, sin esperar que algún golpe de pedal acelere la cuestión y nos haga abrocharnos el cinturón para vivir lo emocional desde lo sombrío, lo pasional desde la frialdad,..., elementos casi imposible de mezclar, pero que confluyen en un carburante de medio octanaje, lo justo para no dar tirones de pistón y no emitir más de la cuenta. Es verdad que la mitad del anfiteatro, para entonces, puede haber decidido bajarse del vehículo y coger el autobús que primero pasase por allí, pero que le llevase por otros recorridos más seductores, más sencillos también.
En la segunda fase del metraje, expuestos personajes y problemáticas, se pisa el acelerador con picos de más de cinco mil revoluciones, generando dosis de alta violencia y alto contenido en sangre. Este elemento nos evoca a cierto cine de los años ochenta, pero más estilizado y, si me lo permiten, más "creativo".
No obstante, un pecado-defecto mortal es que se mueve entre el carril derecho de la honestidad y el izquierdo de lo pretencioso, que pisa en ocasiones, sin haber disposición permisiva del código de circulación cinematográfica que permita dibujar una línea discontinua entre ambos carriles de sentido tan opuesto. Más bien son dos plataformas de distintas autovías en las cuales difícilmente se puede circular a la vez, por mucho que tratemos de adecuar la velocidad.
Concluyendo. Sí que es ambiciosa y el circuito por el que transcurre presenta muchos baches inverosímiles. Tiene alma de Ford Mustang en su concepción y se queda en el Chevrolet Impala con el que comienza. Sí que es una propuesta creativa; el resultado, al menos, criticable. Lo que nadie puede negar es lo perturbador de la apuesta y pese a que en la formación de la parrilla de salida no se ven Ferraris ni Mercedes, a mitad de carrera y tras el primer cambio de neumáticos, nos empezamos a hacer la idea de que tenemos un bello Ford Mustang delante de nuestros ojos. Sin embarco, a la bandera a cuadros y tras el frenazo final, sólo tenemos ese Chevrolet Impala plateado, que como en la película se dice, es el coche más común de California; si bien cumple prestaciones y tiene alma y caballos de sobra, puede pasar desapercibido, cual metáfora de lo que supone la película al panorama cinematográfico y a nuestra filmoteca.
Lucas Liz
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow