Homeland era la gran serie del momento cuando aterrizó en la pequeña pantalla. Bebiendo de las fuentes conspiratorias y paranoides de otra gran serie, su prima "24" (sus creadores y guionistas también están metidos aquí), pero haciéndolo hiperrealista y no centrándose demasiado en la trama política, sino en el devenir de los personajes y en sus situaciones. Realmente genial carta de presentación: una primera temporada inquietante y casi magistral. Los personajes estaban vivos y había momentos de auténtico infarto (la revelación en "El fin de semana" o el búnker en "Marine uno").
La segunda temporada cruzaba la línea y se la jugaba a una carta, pero de manera muy satisfactoria. Para mí, tan genial como la primera pese a las críticas que la cayeron. Los personajes seguían evolucionando y yendo camino a un final apoteósico ("Olor a coche nuevo", "Q & A"). Termina la temporada y siguen siendo sobresalientes altísimos.
Entonces llegó la tercera en discordia. Y he aquí en donde nos damos de bruces. Como en muchas sagas o trilogías, la tercera tanda de episodios de Homeland han logrado desestabilizar la serie casi por completo. Los personajes se encierran en sus propios callejones y bucles repetitivos (la más destacable, una muy buena Claire Danes que abusa de la sobreactuación y de "estoy loca" continuamente) e incluso se pierde la trama principal para dar paso a secundarias que ni gustan y enganchan bien poco. La tanda final de episodios están muy bien. Pero también tienen su problema en la final de temporada (que bien parece una de serie).

Homeland, la gran serie que se convirtió en una más y destrozó su nota media (al menos para mí) por culpa de la avaricia del éxito y de no saber concluir una gran historia (o al menos cortar a tiempo).

¿Quién iba a decir que después de una sobresaliente película de superhéroes y dramas humanos como supuso ser Batman Begins (un 9 sobre 10 para mí), su equipo se sacaría semejante joya redonda de la manga? Y es que tras ver todo el hype, las notas y las críticas y comentarios a esta película no cabe más que confirmarlo una y otra vez porque lo merece. Porque puede resistirlo. Porque no es una película más. Es una lección de estilo. Una lección de guión. Es El Caballero Oscuro.

Tras los eventos de Batman Begins, Bruce Wayne asienta su Batman a la perfección en la ciudad, combatiendo a los criminales y consiguiendo doblegarles hasta erradicarlos de manera bestial. No obstante, el incipiente cerebro criminal conocido como el Joker aparece de la nada para romper esa estabilidad a base de locura y anarquía. ¿Y es que cómo alguien tan preciso y calculado como Batman podría detener a un divertidísimo loco imprevisible como Joker?

Christopher Nolan y su hermano, sumando a Goyer en la historia, aprovechan al máximo todas las bazas que la historia y el guión daban de sí. E incluso logran invertir nuestras propias expectativas, entregándonos una obra compleja y adulta. Insuperable e irrepetible. Logra crear un fenómeno y un gusto por ella tan innegable como la inteligencia y la elegancia de la puesta en escena, de la escritura del guión y de la exquisitez de las interpretaciones (absolutamente todos, sin excepción, están brillantes en esta película, destacando eso sí a la verdera leyenda renaciente de la película: Heath Ledger como el Joker). Logra confundir los límites entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo ilegal. Entre ser un héroe o un villano. Y es que te mete tanto en la película que te identificas con los debates morales de los implicados allí. Y un análisis exhaustivo del mismo podría llevar toda una tesis.

Esta película ha establecido patrones de realismo y crueldad que muchas películas tratan de seguir, pero que ninguna de ellas le llegan a la suela. Sólamente esta película será indiscutiblemente la mejor de todas ellas y la percutora de este estilazo y lujazo de contar historias. Tan locos nos ha vuelto en sus debates de si es la mejor película de la historia, una de las mejores, la más sobrevalorada, etc. Tengo muchas películas preferidas y en estima, y yo voto a esta de 10 sin posicionarla ni como la 2, la 4 o la 1. Es un 10 porque es una obra maestra perfecta, sin fallos y con mucho más que exponer de lo que su presentación ya muy atractiva nos deja ver. Eso sí, si a tanta gente le ha gustado como a mí (y más que vendrán) y si tanta gente le pone notazas tan maravillosas no sólo para escribir las críticas, sino para los votos anónimos (que a fin de cuentas es lo que le da la media a la película)... Será por algo. Ni todas las cuentas fantasmas del mundo, ni todos los fanáticos sin misericordia podrían lograr tantas votaciones ni tanto reconocimiento universal. Es una gran película para todos los públicos y su palmarés lo demuestra.

Desde el principio parecía haber dudas de que esta entrega fuese una realidad. Su director y su equipo ya lo habían dado prácticamente todo en la anterior y ya parecía que apensa quedaba cuerda para estirar. No obstante, un buen argumento y un buen final mueven montañas y en cuanto Christopher Nolan encontró un final apropiado para su Batman, no dudó en volver y darlo todo.

Esta entrega se abre ocho años después de los eventos de la anterior obra maestra, con Bruce Wayne recluído y Batman desaparecido de las calles por un bien mayor que en verdad se sustenta sobre una mentira. No obstante, un imponente terrorista enmascarado llamado Bane y una ladrona caracterizada de manera gatuna llaman poderosamente la atención de Wayne hasta el punto de volver a liberar a Batman del exilio.

Es un argumento interesante, a pesar de que no resulta tan llamativo como el de Begins, ni tan redondo e icónico como el de la anterior entrega (El Caballero Oscuro). Eso sí, de la mano de Nolan podemos disfrutar de un prólogo que engancha y una atmósfera envolvente y fría que nos pone los pelos de punta en determinados momentos. Las actuaciones son acertadísimas (Bale se echará de menos como el maestro protagonista que fue desde el principio, Caine, Freeman, Oldman y los fichajes nuevos: Hardy, Hathaway, Gordon-Levitt están muy buenos), la música de Hans Zimmer es repetitiva pero poderosa. El problema de esta entrega es el guión y algunas de sus salidas. No hay dudas de que presenta muy bien las ideas y la introducción de la trama, pero esas ideas pierden fuelle a la hora de concluir todos o la gran mayoría de eventos anteriormente presentados. Y es que quitando los cuatro minutos finales de la película que son grandiosos, los anteriores giros de marras y luchas finales pueden suscitar debates de amor/odio (spolier). En mi caso, los acepto pero reconozco que no están al nivel de las anteriores.

Aún así, esta entrega cierra bien la trilogía pese a sus errores. Es un final correcto en su conjunto, mezclando arrebatadores momentos con sonoros castañazos. La nota media me parece desbocada eso sí (quizá sea culpa de los fans de Nolan que elevan puntos hasta el cielo para evitar que otros detractores, que también los hay, la hundan con un 1). El problema del fanatismo o el odio sin cuartel hacia un director o una película puede hacer que se deforme su visión. Esta película no es para odiarla, pero no merece un 10 como una catedral. Lo tenía dificilísimo y aún así logra ser buena. Yo es lo que digo: sobrevalorada por luchas de notas, pero una película muy entretenida, indiscutiblemente buena y con unos últimos instantes bellísimos (ahí sí que la clavaron).

Skyfall se ha visto beneficiada, o un tanto "acosada", del hype de la crítica y de las primeras impresiones del público tras su estreno. Hubo quien la colocaba como la mejor de Bond y la mejor con Daniel Craig a la cabeza del cartel. Casino Royale era una magnética película llena de calidad, y esa sí que era la mejor cinta del actor y del personaje. Quantum Of Solace fue criticada por ir tan sólo a la acción, en lugar de a la historia. No obstante yo fui de los que disfrutó y mucho de la calidad de esa genial acción y del ritmazo de su libreto. Ahora, estoy ante Skyfall como primera crítica en esta página web. Y he de decir que es una muy buena película de Bond y una película buena de acción e historia (que es simple, una vendetta, pero la tiene y está bien adornada), pero que no merece tanto ese hype. Pues no es la mejor. Últimamente algo o es lo mejor o lo peor. Que sea bueno parece que no vale. Y tampoco debería ser así. No es la mejor de Bond, pero sí es toda una oda a su personaje y a su historia. El guión se toma detalles y profundas licencias que enriquecen la trama, enganchándote desde el inicio y haciendo que disfrutes del personaje y de la película. Hay acción, pese a que no es la más rimbombante de la saga (tan sólo el prólogo, la verdad). Pero la tensión y las escenas dramáticas están tan genialmente orquestadas que te meten en la película tanto como cuando vimos a Bond perseguir a aquel contacto por Madagascar en aquel parkour memorable. Javier Bardem le planta cara al magnífico Craig con otra interpretación replicante: un malo retorcido, imprevisible en algún que otro momento y hasta divertido.
Con todo, Skyfall es una gran película de entretenimiento, demuestra que Bond sigue sin bajar del notable y, si nos ponemos quisquillosos con su clasificación, sí que podría ser perfectamente la segunda mejor película de Bond y la segunda mejor de Craig, cerca de Royale.

Cada uno tiene su opinión y podéis abrasarme a negativos por lo que voy a decir, pero creo que esta película es de lo mejor que ha hecho Scorsese. Para mí, grandes clásicos como Toro Salvaje, Taxi Driver o Uno de los Nuestros son grandes películas, como también lo fueron Infiltrados y la más reciente Shutter Island. Pero por extraño que parezca nunca me atreví a concederle un diez puro y duro. Y es que nunca me lo había pasado tan bien ni me había sorprendido tanto con una película suya como con esta. Me parece imperdonable lo que han hecho con la faena de no estrenarla en algunos circuitos de salas de cine y en otros sí (luego quieren que vayamos al cine, oisteis). Pero si podéis, coged cualquier transporte e id a verla porque además es una película que pese a que no tenga efectos especiales, ni acción épica es para ver en pantalla grande.

Cuenta la historia real (por increíble que parezca) de Jordan Belfort, un joven ambicioso que ya a los 22 años ganaba millones en la bolsa y que a pasos agigantados se va a haciendo su propia firma y amasa un imperio financiero tremendo. Esto hace que se monte unas fiestorras salvajes, que se ligue a la rubia más deseable del momento... Y que las autoridades pongan su ojo sobre él y su dinero (ilegal).

No os engañéis por su duración: Scorsese hace aquí uno de sus mejores trabajos a la hora de organizar el ritmo y el montaje de la película, haciéndonos pasar un rato divertidísimo e increíblemente veloz. Su historia repite un esquema formulático de risas, fiestas y sexo durante un bucle prolongado, pero el cómo se las arregla para ser igual de irreverente y sacar sorprendentes situaciones y salidas divertidas no tiene nombre. Esto hace que nos encontremos ante una de las comedias dramáticas y satíricas mejor organizadas y ejecutadas desde hace bastante tiempo. Si a esto sumamos a un DiCaprio en estado de gracia (merecidísimo Globo de Oro, ahora merece sobremanera el Oscar), a un sorprendentemente genial Jonah Hill, a un poderoso estilo visual y descontrolado del director y a un puñado de momentos y escenas tan satíricas como oscuras nos hallamos ante toda una pieza de cine de entretenimiento y de pura calidad pese a sus vistosos excesos.

Puede que no le guste a todo el mundo (aunque a juzgar por las votaciones y las críticas, a mí no me lo parece) e incluso puede que sea criticada por el rol prominente del sexo salvaje y gráfico o el papel de la mujer en la trama. Pero la película se limita a enseñarnos las consecuencias de "ser el amo del mundo" y el querer más, más y más, y eso ha de ser mostrado sin pelos en la lengua. Y ahí la película lo clava. Eso sí, no es que tenga ningún bajón dramático o algún momento lacrimógeno. Es una sorprendente comedia gamberra y le da al público lo que quiere (más, más y más) incluso cuando parece que ha llegado al tope. Un peliculón.