Miyazaki me ha decepcionado, me duele decirlo, pero lo ha hecho con “El castillo ambulante”. Si bien el apartado técnico es inmejorable (como siempre) el desarrollo del argumento y de la mayoría de los personajes es muy pobre por no hablar del final resuelto a la velocidad de la luz y de la historia de amor cursi y ñoña propia de Candy, Candy. Este último apartado me sorprendió mucho ya que hasta ahora el amor lo había tratado con sobriedad y sutileza.

La película se presenta de manera muy notable y parece que estás ante una nueva obra maestra pero a medida que va avanzando la película, y hasta el final, se van introduciendo historias alternativas que finalmente no quedan resueltas o que se resuelven de manera excesivamente rápida como por ejemplo la guerra, madame Sullyvan, la relación de Sophie y su madre, el príncipe del país vecino y un largo etcétera quedando la sensación de que son necesarias unas cuantas horas más de metraje para mostrar todo lo que se pretende.

El director de lo que son para mi obras de culto como “Nausicaa”, “El castillo en el cielo”, “El viaje de Chihiro” y “La princesa Mononoke” (sobretodo esta) no me ha transmitido esta vez el torrente de emociones y la magia a los que me tenía acostumbrado.

Espero que, como dicen algunos, esta no sea su última película y pueda resarcirme del mal sabor de boca que me ha dejado

Las películas de juicios me suelen aburrir: que si lo has hecho tu, que si lo ha hecho el vecino… y al final es el mayordomo. Finales inesperados en los que las vueltas pueden ser infinitas dependiendo de con que lupa se mire el pelo dejado por el asesino. Pues eso, un rollo

Precisamente esta parece ser la virtud mas reconocida de esta película (lo del mayordomo, vaya) y nada mas lejos de la realidad. Diálogos a ratos divertidos y a ratos hirientes, ritmo ágil, grandes interpretaciones de grandes personajes (mención especial a Laughton) y una sólida crítica del sistema judicial, rematada con una acertadísima última frase (ver spoiler), me parecen lo más destacable de este film.

Billy Wilder consigue, en resumidas cuentas, entretener y mostrar su cara más incisiva a un mismo tiempo. ¿Qué más se puede pedir?

No me gusta Pérez-Reverte y, sobretodo, no me gusta Viggo Mortensen, pero a pesar de ello creo que es una buena adaptación.

Si pasamos por alto los saltos en el tiempo desmesurados, algunos tópicos de las películas de aventuras y las milagrosa y misteriosa resurrección de Alatriste (tiene mas vidas que un gato) nos quedamos con una película bastante entretenida, bien actuada (menos Viggo que, entre otras cosas, se debería tomar una pastilla para la carraspera) y con una alto rigor de ambientación, vestuario y situación socio-política del momento.

No tenía muchas expectativas pero salí contento de la sala. Un 6’5 me parece lo más adecuado.

Repugnante desde el primer minuto hasta el último. Y no me refiero solo a las mutilaciones.