Con La Leyenda Renace, Nolan pone fin a una impresionante trilogía del cine. Una de las mejores que se hayan hecho y la mejor de su género, desde luego. Es todo un entretenimiento notable, emocionante, que te mantiene enganchado a la trama durante las más de dos horas y media. Es la peor de la trilogía, en algún momento se debía tocar algún punto bajo. Su antecesora le hace un flaco favor y la narración y el guión presentan algunos problemas de ritmo (engancha, pese a no ser tan nervioso ni tan atractivo) y lógica (aquí el realismo se pierde en algunos momentos, lo que puede llegar a dañar la integridad del filme en ocasiones). Tiene sus fallas y errores y el conjunto da la sensación de que ni podría haberse hecho tampoco mucho más, ni tampoco quedaba ya nada por contar. Por esta razón, Nolan y su equipo al completo se merecen una gran ovación por lograr cerrar la saga de una manera satisfactoria pese a estar en un supuesto callejón sin salida. No quedaba más por hacer. Ya se ha puesto a prueba todo. Tratar de extender o continuar más sería una total traición. Es cierto que esta es la más oscura y depresiva de todas las del personaje y que esa oscuridad, esa pena, esa melancolía y dolor resta voluntaria o involuntariamente mucha fuerza al relato. Pero es el siguiente paso lógico después de todo y logra al final dar un mensaje de despedida y de esperanza. Pese a detalles flojos de última hora: gran trilogía.