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Voto de Abril Expósito:
8
Drama Tras mudarse con su pareja a un nuevo hogar, Mila (Elena Martín) se da cuenta de que su pérdida de deseo y apetito sexual se encuentra en sí misma. A partir de ahí, empieza un viaje en el que revisita experiencias de su infancia y adolescencia con la esperanza de reconciliarse con su propio cuerpo.
20 de septiembre de 2023
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y vamos para bingo, una nueva película dirigida por una mujer.. y lejos de que se me pueda acusar de feminista como si sólo viera películas de mujeres, lo rectificaría por el término filofemina si éste existiera. Y dado, que me he pasado casi toda mi vida viendo el punto de vista masculino del mundo, entendiendo todos sus conflictos morales y éticos, y visto como se comporta amorosamente desde la adolescencia hasta la madurez, pues tengo ganas de ver otros mundos. Y dado también que ya tengo una edad dónde puedo mirar mi vida buscando entender sus puntos oscuros, este tipo de película me ayuda a reflexionar, reafirmar o simplemente alimentar. Así que una vez más gracias a todas esas mujeres que están trabajando fuerte para conseguir eso.

Una joven reflexiona en su presente y su pasado su incapacidad para disfrutar y hacer disfrutar de su sexualidad. En este caso, su pareja, se ve imposibilitado de entender los procesos con los que funciona Mila. A través de sus veranos infantiles en el lugar, Mila irá reposando momentos más o menos importantes que han podido afectar a su capacidad de sentir su cuerpo. Pasaremos también por la adolescencia y por cómo son esos primeros encuentros sexuales. Alex Brendemüh, un actor que me encanta y que me ha sorprendido al dejar de estar en un rol “juvenil” para pasar a ser un maduro padre. Como siempre esa tranquila espontaneidad que le caracteriza logra una gran interpretación. Lo mismo con Clara Segura, que siempre, adorna sus personajes de autenticidad por todos los poros. La protagonista es además la directora de la película, Elena Martín Gimeno y su trabajo en ambos frentes es auténtico y fresco. Oriol Pla, consigue una muy buena interpretación de ese hombre actual desubicado ante la nueva mujer que no se conforma que no entiende sus sensaciones y que "hunde" su hombría en el creer que no excita lo suficiente a su pareja o que no es capaz de complacerla. Se sitúa en un plano tan distante, tan desconcertado que se rinde a la evidencia de no estar a la altura, como si estar a la altura fuera ser un hombre 10. Tanto la actriz que hace de niña (Mila Borràs) como la adolescente (Claudia Dalmau) están brillantes en sus interpretaciones.

Mecanismos educacionales que formaron una sexualidad diferente a la de los jóvenes de hoy aunque era ya muy diferente a cómo fue la de sus padres. Actitudes, comportamientos que la mentalidad de una niña muy activa y sensible van conformando una particular visión del sexo; tópicos sexistas en la adolescencia adoptados para “parecer decente-pura-limpia” cuando no se es y expectativas sexuales que ya no tienen motivo de ser.
Abril Expósito
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