En muy pocas ocasiones servidor, que tiene el estómago más que hecho y habituado a digerir todo tipo de cine se ha sentido tán y tán angustiado tras ver una película.
Lo de menos es ya lo desagradable de lo visual de la cinta, impecable por otra parte. Pero es difícil entrar en la película y salir airoso, como si tal cosa tras su visionado.
Por eso, y pese al diez que le di en su momento la recomiendo a pocos, a muy pocos.
Desde luego a espíritus poco sensibles y/o traumatizables.
Lo mejor: La pareja protagonista, rozando por momentos la actuación documental cinema verité.
Lo peor: La explicación final.
No la vean, háganme caso...