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Voto de samuel beckett:
7
Drama. Comedia Tras tener un accidente de coche, Simone se replantea toda su vida y decide pedirle a su mejor amigo, Philippe, que sea el padre del hijo que quiere tener. (FILMAFFINITY)
9 de mayo de 2018
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sorprende ver 150 críticas de alguna película mediocre y tan solo una (muy buena, por cierto) de una creación cuando menos original y particular. Un 32 août sur terre, primer film del inquieto Denis Villeneuve y al igual que Maelstrom, su segundo film, comienza con un accidente de coche, no es difícil entender por qué.
El guión es dinámico, el trabajo del director, seductor y atractivo, los actores estupendos, la fotografía fantástica, qué decir de los desiertos cercanos a Salt Lake City, imágenes que por sí solas te atrapan y te dejan en estado de shock, qué decir de la innumerable cantidad de detalles que nos regala un primerizo con visos de abrirse fácilmente camino en el mundo cinematográfico, qué decir del magistral manejo de cámara con el que nos deleita a cada momento, de la innovadora puesta en escena, del magistral manejo de los silencios que tanto incomoda a la mayoría...
Estamos ante una película peculiar, diferente, original, ajena a los lugares comunes del cine deglutido, una obra de madurez a pesar de ser la primera, ajena a la narrativa tradicional, una película sin clichés, desenfadada, de espíritu libre y actitud abierta.
"Tenía ganas de hacer un film que tuviese una estructura dramática simple en la que los personajes secundarios entrasen y saliesen como golpes de viento, quería que apareciesen hechos irracionales sin la clásica estructura americana tradicional. Buscaba una verdadera aventura humana, sin trucos calculados, sin golpes de efecto artificiales..." (D. Villeneuve)
Un 32 de agosto es una reflexión acerca del amor, de las relaciones humanas, de la amistad, del sentido de la vida, una ópera prima portentosa, narrada de forma contemplativa y sin manierismos o alambiques.
Tiene no obstante caprichosos giros de guión, una búsqueda un pelín obsesiva de la originalidad, decisiones que pueden parecernos absurdas (tener un hijo en medio del desierto después de haber cogido un avión y un taxi), con las que podemos estar más o menos de acuerdo pero que nos sacuden y nos hacen estar atentos durante una hora y media.
Indudablemente estamos a espaldas de gigantes, la deuda de Villeneuve con Godard es enorme (no en vano hay un poster de Jean Seberg en A bout de souffle en la habitación de Simone, la protagonista) y quizá también con Truffaut.
Inquietos y amigos del cine independiente: No podéis perderos este gran primer trabajo del canadiense.
samuel beckett
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