A la altura de 1952 Pat Penderton (Hepburn) es una mujer moderna y dinámica, "Con pantalones y honesta". Profesora de Educación física en un colegio privado, practica y destaca en varios deportes. Su novio, Collier (Ching), es jefe de administración del mismo colegio y no duda en utilizarla para conseguir donaciones.
Entonces aparece Mike Conovan (Tracy), un astuto cazador de talentos deportivos que se fija en Pat a la que promete grandes ganancias y "Cuidarla tan bien como a su yegua".
Por huir del mal fario del novio cae en las redes del manager y promotor deportivo. Con este firma un contrato leonino partiendo las ganancias y la "propiedad". Aquel la reclama entera por derecho de noviazgo.
Todos pretenden su posesión, pero ignoran el ímpetu y el caudal que arrastra la Hepburn. Con sus añitos ya, pero hay que ver los raquetazos y los palazos que pega.
Una buena historia y un buen guion que aborda la independencia de la mujer o la hipocresía de la separación entre el deporte profesional y aficionado en EEUU. Excelente la fotografía y los movimientos de masas en los partidos de golf, buenos personajes e interpretaciones, pero ...
... Pero cinematográficamente es una mala comedia. Peor, una comedia sin gracia y aburrida por momentos. Todo el mérito sociológico de mostrar cómo a través del deporte la mujer adquiere conciencia de su valía, desde el punto de vista exclusivamente artístico se viene un poco abajo, los aspectos cómicos brillan por su ausencia. Ni risas, ni siquiera sonrisas.
No siempre la conjunción de esta famosa pareja con un director como Cukor garantiza una gran comedia.
Esta no lo es, pero trata con acierto indudable cuestiones como la importancia del deporte en la promoción de la mujer. En este aspecto, más que en el cómico, la cinta es recomendable.