“Tadeo Jones 2 (El secreto del Rey Midas)” es más de lo mismo. Pero tanto para lo bueno como para lo malo. Un más de lo mismo al que, por descontado, ya no puedo perdonarle los defectos con la misma facilidad que a su predecesora, “Las aventuras de Tadeo Jones” (Enrique Gato, 2012). No lo hice en “Atrapa la bandera” (Enrique Gato, 2015), así que como para hacerlo ahora.
Esta secuela acaba resultando otro sano homenaje del cineasta vallisoletano al cine clásico de aventuras hollywoodiense, más precioso aún en lo visual, al tiempo que más pobre aún en lo narrativo. Por lo que podemos catalogar “Tadeo Jones 2 (El secreto del Rey Midas)” como una segunda entrega con notable déficit de atrevimiento, falta osadía para salir de la zona de confort y se nota. De hecho, iré más lejos. Esta segunda entrega de las aventuras del explorador me hace descubrir que quizás su predecesora poseía más riesgo del que aparentó en su momento.
Y es que al final la gran función de “Tadeo Jones 2 (El secreto del Rey Midas)”, además de estirar el éxito del personaje, resulta ser aupar “Las aventuras de Tadeo Jones”. Por ejemplo, de aquella de 2012 me quejé por lo muy de plantilla que eran sus personajes secundarios. Pero viendo, por ejemplo, al villano de esta secuela, compruebo que el de la primera entrega le daba bastantes vueltas aun siendo esquemático. Y lo mismo me sucede con muchas otras decisiones del film, que solo sirven para hacer buenas las de su predecesora.
En fin, vemos que le depara el futuro a Tadeo Jones. Comercialmente su éxito es arrollador, pero a nivel cinematográfico sería muy positivo que frenase el claro retroceso mostrado con “Tadeo Jones 2 (El secreto del Rey Midas)”.