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Voto de Alberto:
7
6,7
2.054
Drama. Intriga. Thriller
En 1978, durante el verano más caluroso del siglo, en la aldea de Acque Traverse todo parece inmóvil, inactivo; el colegio ha terminado, los adultos se resguardan dentro de sus casas para escapar del calor que a todos sofoca. Sólo un pequeño grupo de niños se mueve libremente por los campos, jugando y corriendo aventuras. Un día, Michele, un niño de nueve años, descubre un terrible secreto que le muestra el lado más oscuro del mundo de los adultos. (FILMAFFINITY) [+]
8 de noviembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un retrato más de la virtud que esconde la tierna edad de los niños.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Me encantó la escena en que Michele recita varias estrofas de un poema (¿alguien sabe a quién pertenece?) mientras se dirige hacia el que habría de ser el desenlace final de la película:
"Quei ragni pelosi
quei tassi barbassi
lumache bavose
e gechi orbettini
restate lontani
dai nostri bambini.
Voi bestie notturne
amanti del buio
voi che non dormite
se non al mattino
vegliate sul sonno
di questo bambino."
Así implora el pequeño protagonista, en la primera de las estrofas, que las desagradables criaturas se mantengan alejadas de los niños. "Arañas peludas" y "babosas babosas" suenan como limpias, infantiles pero sinceras analogías ante el conjunto de personas "adultas" que durante la obra descuidan o manejan a su antojo a los muchachos. Una escena que, según hemos entendido, condensa como ninguna otra el mensaje subyacente.
Al margen de esto, otros instantes del filme, como aquel final en que Michele sonríe impasiblemente a su recién rescatado compañero aun habiendo acabado de recibir un tiro en la pierna le incitan a uno a echar de menos una mayor verosimilitud, algo que, cómo no, brilla por su ausencia en películas que llenan butacas a base de sentimentalismo.
"Quei ragni pelosi
quei tassi barbassi
lumache bavose
e gechi orbettini
restate lontani
dai nostri bambini.
Voi bestie notturne
amanti del buio
voi che non dormite
se non al mattino
vegliate sul sonno
di questo bambino."
Así implora el pequeño protagonista, en la primera de las estrofas, que las desagradables criaturas se mantengan alejadas de los niños. "Arañas peludas" y "babosas babosas" suenan como limpias, infantiles pero sinceras analogías ante el conjunto de personas "adultas" que durante la obra descuidan o manejan a su antojo a los muchachos. Una escena que, según hemos entendido, condensa como ninguna otra el mensaje subyacente.
Al margen de esto, otros instantes del filme, como aquel final en que Michele sonríe impasiblemente a su recién rescatado compañero aun habiendo acabado de recibir un tiro en la pierna le incitan a uno a echar de menos una mayor verosimilitud, algo que, cómo no, brilla por su ausencia en películas que llenan butacas a base de sentimentalismo.