Ante tal premisa inicial, el proceso de deshumanización de los componentes de una sociedad como centro de la trama, bebiendo de fuentes tan desgarradoras y pero sin caer en el estrépito como Sven Hassel, es decir, buscando en la cotidianidad del joven de clase media con estudios y conocimientos, que viene a ser el sector de la población menos fanatizado e ideologizado de la Alemania de la postguerra de los años 30, y con el cual la mayoria del público actual se siente más identificado, a uno ya empieza a parecerle una propuesta más que interesante creando ciertas expectativas de éxito.
Compararla con Band of brothers es absurdo. Absurdísimo. Band of brothers, excelente serie de alta producción y calidad interpretativa, proviene del buenismo, del relato edulcorado de la propaganda de los vencedores pero con matices trampa, la gran vulnerabilidad de esa serie es tratar de vendernos que por encima de las vilezas de la guerra y del caos hay una poderosa fuerza que restituye el equilibrio y que reside en lo más profundo de cada hombre, la superiodidad moral te hace vencedor del caos. En definitiva nos vende ficción.
Afortunadamente, lejos de esa encorsetante y limitante visión, existen mucha literatura que escapa de esa mochila de prejuicios morales, tanto desde el punto de vista del vencedor como del perdedor, y en este caso "nuestros padres, nuestros hijos" lo consigue con cierto éxito.
No me voy a extender para no aburrir al personal, no es una recreación historicista precisa, la serie tiene saltos en el tiempo abismales y desacertados y se hecha de menos un relato más pausado y por ende de mayor duración, los giros de guión para que los personajes se encuentren son totalmente inverosímiles, y hay muchos temas que por su duración no los trata en profundidad, pero tiene muchas virtudes. El relato, lejos de "humanizar" el nazismo y otras simplezas que se leen por aquí, al contrario, no los deshumaniza hasta crear un comic maniqueista como la lista de schlinder por poner un ejemplo muy conocido, nos señala por donde van los tiros del proceso de degradación económica y moral, de cobardía moral, tan útil de aplicar en los tiempos de la actual Europa. ¿Que banaliza el holocausto? chorradas, es uno de los temas centrales pero lo aborda con sutileza lejos de caer en el paroxismo del melodrama, no lo convierte en el tema central y no debería, porque trata de construir una atmosfera de agoviante y asfixiante persecución a todo lo que no sea idolatría al nazismo, que va mucho más allá del antisemitismo, persecución de la oposición política y moral interna, persecución del mundo del arte, persecución en definitiva al que piensa por sí mismo, persecución y aniquilamiento y el trato de la población de otras "razas", el otro, como puro ganado de carga, y el como el ser humano se autoconvence en mirar para otro lado para sobrevivir, pasando a formar parte de esa maquinaria de coaccionamiento masivo, que el personaje de Friedhelm tan bien refleja, sobrevivir un día más y que le toque al de al lado.
Ese es el valor de la miniserie, pone sobre la mesa esos temas que no encontrará normalmente en un producto de consumo de la "industria del entretenimiento" juas