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Terror
Desde la muerte de su esposa embarazada en un terremoto en Haití hace 12 años, Victor Fielding ha criado solo a su hija Angela. Pero cuando Angela y su amiga Katherine desaparecen en el bosque, solo para regresar tres días después sin recordar lo que les sucedió, se desencadena una cadena de eventos que obligarán a Victor a confrontar el mal y, en su terror y desesperación, busca a la única persona viva que ha presenciado algo así ... [+]
4 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"El Exorcista: Creyentes" tiene un arranque brutal. Lleno de referencias a su insuperable predecesora, eso era de esperarse (y quien se sorprenda o le parezca que está mal, ha estado viviendo bajo una piedra los últimos 20 años). Pero la principal de esas referencias es la mano de la dirección. Casi transcurre una hora antes de escuchar las primeras notas musicales. Todo lo anterior se nutre del suspenso del ambiente, los silencios de las habitaciones vacías, las esperas de las familias por sus hijas, las escenas silenciosas cortadas por el ruido de una calle, y viceversa. Te pone realmente nervioso ver a ese grupo de personajes viviendo sus vidas de forma tan calmada y civilizada, incluso ante los eventos iniciales, cuando sabes que esto es "El Exorcista" y que en cualquier minuto todo empezará a degradarse de la forma más terrorífica...
Y todo se degrada, sí, y de forma bastante fea para las pobres niñas. El problema es que lo terrorífico, nunca llega. Siguen siendo escenas de suspenso, intercaladas con gritos, caras deformadas y saturación. Pero no terror. La tragedia de las nuevas víctimas del demonio no te revuelve el estómago como lo hacía la historia de Regan. Hay mucho más de lo espectacular, pero en sacrificio de lo perturbador. Con menos efectos visuales, algunos incluso muy artesanales, "El Exorcista" se sentía mucho más orgánica; parecía que podías sentir el frío de la habitación y hasta oler el famoso vómito verde... en "Creyentes" no. No hay vapor saliendo de la respiración, no hay rastros de sangre o degradación del cuerpo, y si los hay son casi nada. La censura hollywoodense terminó por arrancarle lo verdaderamente perturbador de la original: sentir que la poseída estaba en tu propia habitación, al lado tuyo, a punto de morderte. Los "Creyentes" están demasiado lejos del espectador. Presentan sus problemas, incluso los sobre-explican (no con diálogos tontos, lo que se agradece, sino con su insistente cotidianeidad), pero no te acercan a ellos como personajes humanos, llenos de llagas por dentro y por fuera, sufrientes ante lo extraordinario. Si cuentas una historia del Exorcista y no presentas eso, o lo haces sólo de pasada y no en profundidad para "no molestar a la productora", estás equivocado de película.
Imagino que aquí quisieron no sólo homenajear a la original en su estilo narrativo, sino también presentar una historia con variables nuevas, para no repetir exactamente la película anterior, por supuesto. La propuesta de exorcismo de esta Exorcista (o "estos Exorcistas", para ser exactos) es, de hecho, bastante interesante... o lo hubiera sido, si el guión hubiese sido pensado un poquito mejor. En la segunda mitad de la historia, parece que todos los personajes se vuelven totalmente erráticos. Pero no porque tengan miedo o no puedan pensar con claridad, sino porque simplemente sus decisiones están mal escritas. Aquí es donde se pierde la última herramienta de la película original: la coherencia interna y la tremenda humanidad de los desvalidos personajes. Los protagonistas anteriores eran heroicos no por su "bondad", sino por su desesperación. Pero estos Creyentes... otra vez Hollywood nos mete personajes que son "pesados pero buenitos", y son buenitos "porque sí", o en este caso "porque Dios me preparó para esto". Y la resolución de la historia sale mal por esa razón. Una idea interesante, con un guión mal hecho.
Y todo se degrada, sí, y de forma bastante fea para las pobres niñas. El problema es que lo terrorífico, nunca llega. Siguen siendo escenas de suspenso, intercaladas con gritos, caras deformadas y saturación. Pero no terror. La tragedia de las nuevas víctimas del demonio no te revuelve el estómago como lo hacía la historia de Regan. Hay mucho más de lo espectacular, pero en sacrificio de lo perturbador. Con menos efectos visuales, algunos incluso muy artesanales, "El Exorcista" se sentía mucho más orgánica; parecía que podías sentir el frío de la habitación y hasta oler el famoso vómito verde... en "Creyentes" no. No hay vapor saliendo de la respiración, no hay rastros de sangre o degradación del cuerpo, y si los hay son casi nada. La censura hollywoodense terminó por arrancarle lo verdaderamente perturbador de la original: sentir que la poseída estaba en tu propia habitación, al lado tuyo, a punto de morderte. Los "Creyentes" están demasiado lejos del espectador. Presentan sus problemas, incluso los sobre-explican (no con diálogos tontos, lo que se agradece, sino con su insistente cotidianeidad), pero no te acercan a ellos como personajes humanos, llenos de llagas por dentro y por fuera, sufrientes ante lo extraordinario. Si cuentas una historia del Exorcista y no presentas eso, o lo haces sólo de pasada y no en profundidad para "no molestar a la productora", estás equivocado de película.
Imagino que aquí quisieron no sólo homenajear a la original en su estilo narrativo, sino también presentar una historia con variables nuevas, para no repetir exactamente la película anterior, por supuesto. La propuesta de exorcismo de esta Exorcista (o "estos Exorcistas", para ser exactos) es, de hecho, bastante interesante... o lo hubiera sido, si el guión hubiese sido pensado un poquito mejor. En la segunda mitad de la historia, parece que todos los personajes se vuelven totalmente erráticos. Pero no porque tengan miedo o no puedan pensar con claridad, sino porque simplemente sus decisiones están mal escritas. Aquí es donde se pierde la última herramienta de la película original: la coherencia interna y la tremenda humanidad de los desvalidos personajes. Los protagonistas anteriores eran heroicos no por su "bondad", sino por su desesperación. Pero estos Creyentes... otra vez Hollywood nos mete personajes que son "pesados pero buenitos", y son buenitos "porque sí", o en este caso "porque Dios me preparó para esto". Y la resolución de la historia sale mal por esa razón. Una idea interesante, con un guión mal hecho.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El mejor personaje de todos, además de las niñas, era el de la escritora. Consagrada como personaje (y como actriz, grande Ellen Burstyn), con el peso de saberlo todo, absolutamente todo sobre exorcismos de todas las culturas y épocas, a costa de perder el rastro de su propia hija como sacrificio por su conocimiento... ¿y parte a enfrentarse a una niña poseída ella sola? ¿En serio? ¿Con todo lo que sabe de exorcismos, simplemente "se le olvidó" que nunca se debe enfrentar a un demonio estando sola? ¿Y con qué propósito? ¿Sólo para que le sacaran los ojos? ¿Y para qué ocurrió eso, cuál fue el significado o el valor último de esa mutilación? ¿Llegar a "sentir la conexión" de las niñas que perfectamente podría sentir con sus ojos intactos? ¿Dejarla encerrada en una habitación hasta que termina la película? ¿Al personaje más importante de todos? Es que simplemente no tiene sentido...
Incluso ella misma explica el sentido profundo de los exorcismos (sin seguirlo ella misma, claro), en un monólogo que incluso después de esa mala escena tuvo algo muy emotivo: que los rituales religiosos no sólo reafirman la fe en un Dios, sino la fe entre las personas. Que eso es lo que hace poderosa a la fe, que por eso los exorcismos funcionan, porque las personas se unen entre sí, y pueden afrontar los males más terribles cuando permanecen unidas. Si eso fuese verdad, si esta hermosa idea hubiese sido respetada en el guión, la resolución hubiera sido ésta: el único exorcista "legal" de esta película, el cura cobarde, no sólo hubiese vencido su temor, sino que se hubiese vuelto el más poderoso, el único capaz de detener a los demonios y efectivamente exorcizarlos con el soporte y la fe combinada de todos los demás, el verdadero Exorcista. ¿Qué pasa con él? Acaba muerto en 60 segundos. ¿Cómo? Toca a las niñas directamente con sus manos y ellas le dan vuelta la cabeza. ¿Por qué lo hizo? Porque sí. Incluso el padre Merrin, experto absoluto en exorcismos, mantenía una prudente distancia de su endemoniada...
Y así, por poner sólo dos ejemplos, es cómo esta película insiste en presentar buenas ideas y terminarlas mal.
Incluso ella misma explica el sentido profundo de los exorcismos (sin seguirlo ella misma, claro), en un monólogo que incluso después de esa mala escena tuvo algo muy emotivo: que los rituales religiosos no sólo reafirman la fe en un Dios, sino la fe entre las personas. Que eso es lo que hace poderosa a la fe, que por eso los exorcismos funcionan, porque las personas se unen entre sí, y pueden afrontar los males más terribles cuando permanecen unidas. Si eso fuese verdad, si esta hermosa idea hubiese sido respetada en el guión, la resolución hubiera sido ésta: el único exorcista "legal" de esta película, el cura cobarde, no sólo hubiese vencido su temor, sino que se hubiese vuelto el más poderoso, el único capaz de detener a los demonios y efectivamente exorcizarlos con el soporte y la fe combinada de todos los demás, el verdadero Exorcista. ¿Qué pasa con él? Acaba muerto en 60 segundos. ¿Cómo? Toca a las niñas directamente con sus manos y ellas le dan vuelta la cabeza. ¿Por qué lo hizo? Porque sí. Incluso el padre Merrin, experto absoluto en exorcismos, mantenía una prudente distancia de su endemoniada...
Y así, por poner sólo dos ejemplos, es cómo esta película insiste en presentar buenas ideas y terminarlas mal.