Con un comienzo sumamente malo y desordenado, Zack Snyder logra salvar la película en el transcurso de la trama, gracias al brillante elenco y a los carismáticos personajes que interpreta. Esta nueva película de DC vuelve a dejar a Batman como el más débil de todos y a Superman como el salvador, el inigualable. Por otro lado, el villano principal fue quizá lo peor de los 121 minutos de visionado, un personaje para el olvido. No entiendo la manía de DC en llevar a la pantalla grande a los villanos más cutres de la historia del cine, al igual que en Batman VS Superman, Sucide Squad y Wonder Woman, este enemigo es cualquier cosa… Parece que más se preocupan en resaltar las habilidades de sus súper héroes que presentarnos a un rival digno de admirar y odiar a la vez. Solo Joker y Bane de la trilogía de Nolan hacen honor a la franquicia, pero lastimosamente no pertenecen a este nuevo universo extendido.

La oscuridad que supone DC esta vez es convertida en algo decadente, inexplicable, horrible. La seriedad característica es convertida en algo de humor, más cercano al estilo de Marvel, claro, sin ser tan ridículo e infantil, pero de todas maneras alejándose de lo que representa DC. Las escenas de acción no son memorables ni logran impactar al público. Vuelvo a repetir, lo único que salva la película es ese grupo de súper héroes que sin ahondar en sus orígenes de una manera impecable logran brillar por luz propia. Definitivamente no es ni si quiera una buena película pero al menos sirve de entretenimiento. Comparada a Batman VS Superman es mil veces mejor.