Casino Royale es la película Bond maestra por excelencia. Tiene algo que esta no tiene: fórmula perfectamente actualizada a los nuevos tiempos. Skyfall necesita alejarse de la fórmula del personaje para ser una película enorme. Y lo consigue, aunque eso cueste resultar tal vez extraña o alejada del Bond que conocimos desde el inicio.

En lo que nunca será superada (suposición de lo más creíble viendo el mercado de directores) será muy probablemente en la dirección y en el estilo visual: la mejor y más bella poesía visual jamás vista en una película de acción. Ni siquiera la impactante El Caballero Oscuro (mi referente para casi todo, esa película es casi mi vida) tenía un estilo visual tan bello. Eso ayuda y muchísimo a la ambientación y el tono de la película.

Las interpretaciones son brillantes. Digan lo que digan de Bardem, quien clava el villano, Craig se sigue llevando el gato al agua con su gigante carisma. Dench está ejemplar en su último M. El resto de secundarios dan la réplica perfecta.

Pero es la historia lo más notable de la cinta: un guión muy simple, más de lo que aparenta, pero súper efectivo y entretenido a las mil maravillas. No trata al espectador como un idiota y hasta enriquece al personaje de Bond, tal vez un poco más que en su debut del reinicio en 2006.

En conclusión, Skyfall puede ser la segunda o tercera mejor película Bond jamás hecha, una gran película de acción para gran parte del público y un triunfo en términos de dirección y empaque visual/auditivo.