Al contrario de lo que la mayoría de críticos tacharon de demagogia, sensiblería innecesaria y "maniobra publicitaria", a mi la película me ha parecido 100% humana. Yo no creo que Stephen Daldry -director- pretendiese que nos compadeciésemos del ya evidente sufrimiento de las víctimas del 11S (la película podría haberse ambientado en esta catástrofe y en otras tantas), sino que comprendiésemos mejor hasta qué punto un pensamiento negativo puede reconcomernos por dentro, y de cómo, por medio de la comunicación (y no por qué hablada) y de los recursos que están a nuestro alcance por muy inaccesibles que nos parezcan, podemos encontrar paz en nuestro dolor.
La película nos recuerda también la importancia de la empatía, el ponerse en el lugar del otro y de intentar ayudar, haciéndonos reflexionar sobre lo deshumanizada que está la sociedad actual.
En cuanto a la forma en que está llevada la película, me resulta bastante original y entretenida, presentando cada suceso en su momento preciso. No se me ha hecho pesada.

Por otro lado destacar la increíble interpretación de Thomas Horn en el papel de un niño asperger (y recalco ésto porque justifica, como muchos necesitan saber, el comportamiento del niño, con sus rabietas, dificultad de socialización, nivel de inteligencia alto en determinados temas, temores e inseguridad) en su intento de superarse poco a poco, que sólo pretende que nos identifiquemos con el "Adulto-infantil" que es. También la de Sandra Bullock como madre dolida pero preocupada.

Por último, felicitar a Alexandre Desplat por la perfecta música, que acompaña y despierta el sentimiento que va buscando el espectador.