Hoy en día la mayoría de películas se cortan por el mismo patrón. Es bastante difícil que alguna sobresalga de entre el grupo, tema de calidad aparte. Aquí tenemos una cinta diferente, al menos en su planteamiento, en su ritmo y en su conjunto. Se nota a simple vista, mientras la estamos viendo, los límites de los que dispone, debido a que es cine de corte independiente. Se le aprecia enseguida, sí, pero juega muy bien sus cartas y ofrece cosas que algunas superproducciones no consiguen.
Antes de ponerme a verla no la conocía, lo reconozco, pero su breve argumento y un tráiler que no desvelaba demasiado me hicieron encender la chispa, llamó mi atención y me pareció interesante. Le di la oportunidad y finalmente así fue, la película merece la pena. Eso sí, aconsejaría mucho saber a lo que se viene, porque este tipo de cine no es para todo el mundo.
La trama es sencilla, bastante simple. Apenas suceden cosas, es decir, no están pasando cosas cada 5 minutos. Aquí hay un cometido final y un breve transcurso hasta llegar a él, pero el ritmo es bajo. Como en todo cine independiente aquí priman los diálogos, pero también muchas veces los silencios. Algunas escenas, pese a no decirse nada, funcionan mejor que con el más brillante de los guiones. Consigue entretener en todo momento, con sus altibajos, pero logra su objetivo.
Del reparto se podría decir que Anya Taylor-Joy y Olivia Cooke, las dos chicas protagonistas, se comen toda la pantalla. Ellas solas tiran del carro y hacen que esto funcione, logrando entre sí una química que reluce enseguida y con algunos momentos puntuales con bastante carga de tensión. Lo hacen muy bien, demostrando que talento no les falta. Los demás son meros espectadores de la función, casi sin peso ni importancia, sirviendo como simples secundarios. Aquí todos los focos y la gloria se la llevan ellas dos, sin duda.
Poco más se puede decir de la película. Tiene un estilo muy distinto a lo que nos tienen acostumbrados, eso salta a la vista al poco de empezar, y es una pena que no veamos más cine de estas características. No todo tienen que ser explosiones, acción, superhéroes o edificios volando por los aires. Ahí reside el punto fuerte de esta cinta, que con muy poco sabe ofrecer mucho al espectador. En eso se lleva la palma. Cuando la vean lo entenderán.
En resumen ''Purasangre'' es una cinta que recomendaría ver, pero también aconsejo mucho saber a lo que se viene. No a todo el mundo le va a gustar el estilo que posee ni tampoco la forma que tiene de contarlo todo. Es una buena opción de disfrutar algo distinto, algo diferente a lo habitual y el resultado final es bastante positivo.

Lo mejor: Es entretenida, el dúo interpretativo que forman Taylor-Joy/Cooke y algunas escenas concretas muy bien llevadas.
Lo peor: El aspecto sonoro, en momentos puntuales, se me ha hecho un poco irritante.

* Un 5 alto *